La
situación política actual paraguaya se origina en el golpe de
estado producido entre los días 23 y 29 de marzo de 1999.
Aprovechando la muerte natural del Dr Luis María Argaña los
complotados fraguaron un atentado que costó la vida al
guardaespaldas de Argaña e hirió levemente al conductor de su
automóvil, pero como esa muerte no produjo el efecto deseado,
organizaron una convocatoria en la Plaza del Congreso, donde
murieron siete personas. Inmediatamente forzaron la renuncia del
presidente constitucional Ing Raúl Cubas luego, con el apoyo
de testigos falsos -Gumersindo Aguilar - hicieron que la Justicia,
totalmente instrumentada, desatara una persecución implacable
contra el llamado "oviedismo".
Parte
importante del complot, si no la más importante, fue la embajada de
los Estados Unidos de América, ocupada por Maura Harty,
inmediatamente seguida por la embajada del Brasil.
Los
Estados Unidos y el Brasil, representados por sus embajadas,
llevaron a gobierno al Dr Luis Ángel González Macchi, y forzaron
un fallo aberrante de la Corte Suprema de Justicia paraguaya, para
mantenerlo en el poder hasta el 2.003, creyendo que lograrían un
gobierno estable y democrático. Lo que lograron fué un gobierno
usurpador, claramente ineficaz, anémico y corrupto hasta la médula,
que en menos de dos años destruyó lo poco que dejó el Ing Wasmosy
del país.
Las
embajadas de los Estados Unidos y el Brasil sustentaron, con
intervenciones directas el gobierno de la usurpación y liderando
apoyos internacionales, como si el Paraguay estuviera n proceso
hacia la democracia, cuando la realidad es que está en el proceso
inverso. Comoquiera que existe anomia palpable y una desobediencia
generalizada, en el Paraguay hay libertades públicas, pero no
democracia.
Ahora
que el gobierno del usurpador ha tocado fondo, los países tutelares
comienzan a mostrar los dientes para lograr nuevos cambios todos
ellos enderezados a evita que e pueblo paraguayo pueda tener el
gobernante elegido. En la última cumbre de Santiago de Chile el
gobierno del Brasil respaldó al usurpador paraguayo y logró hacer
que el presidente Lagos hiciera una advertencia a los paraguayos: La
comunidad internacional no toleraría un cambio de gobierno en el
Paraguay.
Como
la situación paraguaya está al borde de la explosión, los tutores
se están moviendo a toda velocidad para ver como pueden conseguir
que una vez más el pueblo paraguayo sea gobernando, no por quienes
el pueblo elija sino por sus títeres. Como son los dueños del
poder fáctico es muy probable que para desgracia de los paraguayos,
tengan éxito otra vez, como en marzo de 1.999.
Todo
esto sucede bajo la mirada cómplice de la OEA y de todos los hipócritas
gobiernos latinoamericanos, que tiemblan ante la posibilidad que en
alguna parte se establezca una verdadera y limpia democracia.
El
Paraguay está sujeto a un maldito tutelaje, del que ,
lamentablemente, no podrá zafarse.
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