La
victoria del Dr. Franco el 13 de agosto sorprendió a la dirigencia
liberal. Aún cuando todo en el país demostraba que estaba maduro
para el cambio, los liberales en realidad no creían que esta
sensación pública se traduciría en votos o que los votos serían
respetados. En consecuencia no se prepararon para gobernar, ni
estudiaron estrategias para acceder al gobierno en caso de triunfo.
La
victoria del 13 de agosto se debió, más que nada, a la decisión
del UNACE de controlar las mesas de votación y pelear cada voto.
Ese control evitó el fraude masivo que siempre ha dado el triunfo a
la ANR oficialista, cuyas trampas son comentadas hasta jocosamente.
El UNACE conoce al dedillo cada fraude posible y, como cuando
derrotaron a Argaña el 7 de septiembre de 1998, lo impidieron.
En
mi opinión la victoria y el reconocimiento de la victoria se debió
al trabajo que efectuó el UNACE en las mesas de votación y en la
defensa de las actas electorales después, más que a los votos que
aportaron, que creo que no deben haber sido menos de ciento
cincuenta mil.
El
hecho es que el 14 de agosto los liberales se encontraron con la
victoria en las manos y entonces pugnaron, ahora sí, decididamente,
para asegurar la victoria en las esferas internacionales. El triunfo
en las mesas fue del UNACE, pero en la diplomacia fue del PLRA.
Pero
el triunfo asegurado desnudó la falta de estrategia para aprovechar
la nueva situación. Y en el PLRA se da ahora una controversia
acerca de qué hacer.
Existe
una linea dura, liderada por Miguel Abdón Saguier, que desea que el
PLRA fuerce la renuncia del senador González Macchi, usurpador de
la presidencia, y que Franco ocupe lo que por derecho le
corresponde. Y existe una línea blanda, cuyo expositor público
hasta ahora es el senador Armando Espínola, que preconiza la
cohabitación.
¿Cuáles
son los argumentos de uno y otro? Saguier argumenta que no se puede
cohabitar con González Macchi porque significaría ser co
responsables del desastre que se avecina. La crisis paraguaya es
profunda y el gobierno no tiene la menor intención de adoptar las
medidas para resolverla.
Si
el PLRA integra el gobierno, primero legitima el fallo
inconstitucional de la Corte Suprema que modifica la Constitución,
y después se hace co responsable de lo que venga en el futuro, que
será nefasto.
Si
las cosas suceden así y no se ve nada
que haga pensar que no sucederán de este modo en el
2.003, año de las elecciones generales, el PLRA estará tan
desprestigiado como la ANR de González Macchi, y el triunfador será
Lino Oviedo, líder del UNACE, que no ha dejado ninguna duda sobre
su decisión de oponerse al gobierno actual en forma frontal.
La
alternativa, repite Saguier, será el UNACE y no el PLRA. En cambio
si Franco no cohabita la alternativa será el PLRA, aunque aliado al
UNACE, porque será Franco el jefe indiscutido de la oposición.
La
alternativa planteada por las palomas es cohabitar para dar
estabilidad al país, un pensamiento infantil. La estabilidad
solamente podrá venir con un gobierno que adopte las medidas
adecuadas para resolver la crisis, y con González Macchi eso
constituye una ilusión.
Tal
vez sea posible si González Macchi da un paso al costado para
permanecer como un nominal jefe de Estado dejando gobernar en
realidad a Franco, lo que no parece posible.
La
controversia liberal tiende a resolverse a favor de las
palomas.
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