Tal
como se había anunciado la Convención del PLRA resolvió, por
unanimidad, exigir la renuncia del usurpador Luis Ángel González
Macchi, quien por una disposición aberrante, ilegal, e
inconstitucional de la Corte Suprema de Justicia, ejerce la
presidencia de la República.
También
estableció claramente que no está dispuesto a modificar el orden
constitucional de sucesión: El Dr. Julio César Franco es el
vicepresidente elegido el 13 de agosto del 2.000 y a él le
corresponde hacerse cargo del gobierno.
En
la Convención fueron acreditados 865 convencionales, de los 1.145
habilitados. En una especie de Convención paralela, unos 100
convencionales lainistas, llevada a cabo el mismo día y a la misma
hora, en la quinta del senador Rodrigo Campos Cervera, intentaron
disminuir el efecto de la medida adoptada.
A
partir de ahora las líneas están institucionalmente tendidas. Por
un lado, en la oposición frontal, están el PLRA, el Movimiento
colorado UNACE, y los pequeños partidos como la Democracia
Cristiana, el Revolucionario Febrerista y el Comunista, además de
una de las organizaciones campesinas; por el otro, el gubernista,
están el Movimiento de Reconciliación Colorada - argañismo - el
lainismo y la fracción del Partido Encuentro Nacional que responde
a Euclides Acevedo.
Según
las encuestas presentadas por el diario ABC Color, más del 80% del
pueblo paraguayo se encuentra contra el usurpador González Macchi.
La
decisión de la Convención convirtió en institucional lo que era
ya la política y el deseo de la mayoría de los liberales y
radicales. Mis fuentes me han asegurado que ahora comienza la
verdadera batalla por la caída de los susrpadores y que los
instrumentos serán no solamente jurídicos sino políticos: las
movilizaciones que tenderán cada día más a paralizar el país si
González Macchi no renuncia, y con él todo el gobierno.
Un político disidente colorado me dijo textualmente hoy:
" No creo en las movilizaciones. Creo que hay que paralizar el
país cerrando las rutas y dejando de pagar los impuestos. Las
simples manifestaciones no causarán sino risa a estos bandoleros en
el gobierno".
En
realidad, si existiera una organización parecida a un comité de
crisis, esas serían las medidas finales para derribar al gobierno.
Pero no existe, todavía una cosa parecida.
La
situación se me antoja parecida a la "dròle de guerre"
de 1939. Las alianzas se están produciendo y las fuerzas se están
agrupando, pero todavía se trata solamente de discursos. En este
contexto, la resolución del PLRA aparece ya como una especie de
declaración de guerra.
¿Está muerto el proceso democrático paraguayo? En la
medida que el usurpador tarde en irse, morirá. Ahora está en
franca agonía. La tardanza de González Macchi en abandonar el
gobierno hará que las medidas para lograrlo sean cada día más
severas y profundas, y que las reacciones sean más inútiles y más
despiadadas. Este es un proceso que la historia conoce bien, y que
nunca termina sino con el enfrentamiento violento.
Yo
creo que la oportunidad de González Macchi de irse pacíficamente,
se ha perdido; sin embargo, hay quienes vaticinan que renunciará
dentro de un lapso de sesenta días. Ojalá que sea sensato y
responsable una vez en su vida, pero quien fue capaz de adquirir un
auto robado siendo senador y que luego lo hizo adquirir a la
presidencia de la República, tiene un perfil que difícilmente haga
razonable creer en la sensatez y la responsabilidad.
El proceso que vengo anunciando desde antes de marzo de 1999
bastante antes en realidad - está en plena marcha, y la
resolución del PLRA es apenas un paso más, inevitable.
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