Miguel
Abdón Saguier se encontraba en una especie de gris ostracismo político,
en parte a causa de su propia inacción y en parte a causa de su
participación en el gobierno de coalición que derribó al gobierno
constitucional del Ing. Raúl Cubas. Desde hace unos días parece
haber recuperado, no solamente su vitalidad, sino gran parte de su
antiguo liderazgo.
¿A
qué se debe el fenómeno? Simplemente a que se ha puesto a la
cabeza de los liberales que reclaman para el Dr. Julio Cesar Franco
la presidencia de la República y rechazan todo entendimiento con el
oficialismo wasmoargañista.
Los
liberales no quieren concertar con los vencidos de agosto ni
quieren que su elegido, el Dr. Franco, se convierta en el
segundo de abordo bajo el liderazgo de Luis Ángel González Macchi.
Todos los liberales que han salido a apoyar una presunta alianza
responsable e inteligente con Luis González Macchi han sido
violentamente reprobados por el electorado y algunos tratados
incluso de traidores.
Tanto
Carlos Mateo Balmelli como Armando Espínola, dos de los más
notorios defensores de una alianza con González Macchi, en plano
segundón, han tenido que atenuar sus opiniones y disfrazarlas
apresuradamente. Francisco Rivas, vicepresidente en ejercicio de la
presidencia del PLRA casi fue linchado por los miembros de los Comités
de la Capital y se le ha exigido ya su renuncia inmediata.
Los
partidarios del Dr. Domingo Laíno, el artífice del pacto de
gobernabilidad con el Ing. Wasmosy, que posibilitó la
instrumentación de
la
Justicia y la debacle bancaria paraguaya, al par que los robos
escandalosos a que está siendo todavía sometido el país, siguen
en sus trece, pero de manera subrepticia. Aunque Laíno todavía
defiende una concertación entre quienes gobiernan, sus
seguidores se muestran mucho más prudentes. En el PLRA el apoyar al
gobierno de González Macchi es sinónimo de traición.
El
lunes hubo una reunión muy interesante en el Comité Político del
PLRA donde se debatió la necesidad de exigir a González
Macchi la renuncia inmediata. A pesar de haber una mayoría notoria
a favor de la exigencia, Carlos Mateo y Armando Espínola lograron
todavía detener la resolución, haciendo creer que las embajadas
tutelares- de Estados Unidos, Brasil, Argentina y la Unión Europea
no están de acuerdo con el cambio de González Macchi, al menos
por ahora.
Mediante
esa argucia se encontró una fórmula menos drástica, pero no menos
clara: El gobierno está aplazado. Si bien la fórmula no es
la que deseaban los duros , está bastante clara. El gobierno no da
para más.
Carlos
Mateo Balmelli y Armando Espínola no han explicado de manera
convincente su posición, contraria a lo que quieren los liberales
en una mayoría muy
vasta y muy clara. Pero ambos son los dos más cercanos
colaboradores de Julio Cesar Franco, que no se cansa de repetir que
no considera útil pedir la renuncia de González Macchi.
Muchos
creen que se trata de una pose de Julio Cesar Franco, quien
aparentemente querría ser empujado por los acontecimientos y no
liderarlos. Pero los liberales están muy impacientes y no parecen
dispuestos a tolerarle mayores dilaciones. La situación en el país
es tan grave que la postura de Franco aunque fuera parte de una
estrategia no es muy patriótica.
Todo el mundo, en el PLRA, piensa que la situación irá aclarándose
en las próximas horas y que la postura de la mayoría será
respetada.
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