¿ELECCIONES GENERALES?
Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)
La situación política ha llegado a un punto tal que la gente habla ya
de la necesidad de que se vaya el senador González Macchi de inmediato y que el gobierno
provisional que lo reemplace convoque, en un plazo perentorio, a elecciones, no ya para
presidente y vicepresidente sino generales, es decir, también para elegir un nuevo
Congreso.
La salida estrictamente constitucional es la de la elección a
vicepresidente, el cual deberá hacerse cargo inmediato de la presidencia; una salida un
tanto forzada es la de la elección de una chapa completa, para obviar una nueva
convocatoria, esto es, para la elección de un nuevo vicepresidente después que el primer
electo haya ocupado la presidencia; una salida completamente fuera de lo previsto por la
Constitución es la convocatoria a elecciones generales, a las cuales me opongo por una
razón simple: La vigencia de la actual ley electoral.
Yo creo que González Macchi debe irse ahora, por las buenas o las
malas, porque cada minuto que pasa en el poder perjudica más las posibilidades de
encontrar una salida ordenada y pacífica, pero creo que , antes de la convocatoria a
elegir una chapa completa en un solo acto electoral, hay que plebiscitar la reforma
constitucional indispensable.
Y dentro de esa reforma debe figurar, en primer término, la reforma
electoral para abolir el sistema de representación proporcional e instaurar el
uninominal.
Creo que sería un error de proporciones el llamar a elecciones
generales antes de la reforma electoral, porque la composición del Congreso reflejará de
nuevo, como un calco, la composición actual, que se ha revelado por lo menos inadecuada y
no refleja la voluntad real de los paraguayos.
Un gobierno nuevo no tendrá oportunidad de hacer lo que se debe para
sacar al país del pantano en que se encuentra sino con una mayoría congresista que
refleje exactamente la voluntad política del país y los intereses de sus regiones. Si se
ha de hacer algo, hay que hacerlo bien.
El llamado a elecciones generales obedece, no a la verdadera voluntad
del país sino a intereses de los que hasta ahora han venido manejando con desastrosos
resultados la política paraguaya. Ante el fracaso del gobierno nacido del golpe de marzo
de 1999, quieren forzar un paso que evite las reformas que indispensablemente tendrá que
hacer el gobierno provisional si realmente desea ordenar el país.
Hoy la mayoría del Congreso se inclina contra González Macchi, el
argañismo, el wasmosismo y un sector, minoritario y altamente prebendarizado del
Encuentro Nacional. Ahora surge nítida la oportunidad de establecer una nueva
institucionalización, sometiéndola a plebiscito.
Si se convoca a elecciones generales esto quedará postergado una vez
más, con las consecuencias previsibles.
Yo creo que González Macchi debe renunciar o ser destituido; creo que
el gobierno debe recaer en Efrain Alegre, presidente de la Cámara de Diputados si
renuncia González Macchi, o en alguna persona idónea si es destituido; creo que en ambos
casos, el gobierno debe ser provisional y convocar a elecciones para presidente y
vicepresidente, plebiscitar las reformas constitucionales necesarias.
Una vez hecho esto, convocar a elecciones para nuevo Congreso, ya en
base a las nuevas normas.
Entonces habremos hecho bien los deberes.