El
fraude que prepara el gobierno no es cuestión de hoy; viene organizándose
desde el 24 de marzo de 1999, día en que por la fuerza obligaron a
renunciar a sus cargos, dando un golpe de Estado claro, a los
ministros del Tribunal Supremo de Justicia Electoral Carlos Mojoli y
Expedito Rojas. Desde ese día la alianza argañista-lainista
y caballero varguista, se encuentra en posesión total del
TSJE y decidida a todo para mantenerse en el poder que usurpó.
Como
en los noventa días dentro de los cuales había que realizar las
elecciones para elegir presidente y vicepresidente, dadas las
características de la acefalía producida el 23 y el 29 de marzo de
1999, no se podían arreglar los padrones utilizados el 10 de mayo
de 1998, la coalición tomó dos medidas; una convertir el gobierno
interino en definitivo gracias a la Corte Suprema de Justicia
y , otra, desplazar las elecciones a un año de distancia por lo
menos. Logró ambos objetivos.
Las
encuestas serias señalan una enorme diferencia a favor del
candidato del cambio Dr. Julio Cesar Franco. Una alianza
liberal-oviedista, como la que se está dando claramente, tiene que
ganar las elecciones por lo menos por veinte puntos de diferencia.
Eso, si las elecciones fueran limpias, lo que ciertamente no serán.
Ya la artillería de prensa de la coalición se ha puesto en marcha
y, de la noche a la mañana, el encuestador José Pepito- Morínigo
ha dado a conocer en el diario de Demetrio Rojas y Juan Carlos
Wasmosy, que el candidato de la coalición marcha al frente, un
absurdo total pero necesario como paso previo.
Los
observadores de la OEA han comenzado ya a alabar la gestión del
TSJE sometido a la coalición. Y el nuevo embajador de los
Estados Unidos de América, que respaldan al gobierno usurpador e
ilegítimo, ha dicho con toda claridad que seguirá la política de
la ex embajadora Maura Harty, que la que organizó la conspiración
para derribar al gobierno constitucional, incluido el
aprovechamiento de la muerte del Dr. Luis María Argaña.
El
esquema del fraude está montado. Falta saber a que extremos de
desvergüenza van a llegar para convertir en victoria electoral lo
que es una segura derrota.
Yo
creo que es muy posible que los votos digan una cosa y los
resultados otra. Los paraguayos van a votar contra el
gobierno en masa y lo van a derrotar, pero eso no quiere decir que
el TSJE, totalmente manipulado por la coalición que usurpa el
poder, vaya a reconocer esa derrota. Sus integrantes pertenecen a la
coalición, están comprometidos con ellas, son tan usurpadores como
ella y tan culpables de todo lo que ha ocurrido desde el siniestro
marzo argañista. Es muy difícil pensar que, después de haber
actuado sobre los `padrones sin control de ninguna clase, otorguen
la victoria al que gane.
Es
muy posible que la democracia sufra un duro golpe en el Paraguay el
13 de agosto próximo y probablemente será el ultimo. Los
paraguayos ya no creerán en el voto y esperarán, aparentemente
sometidos, la oportunidad de rebelarse. Y probablemente lo que venga
después ya no sea, ni remotamente, una democracia. La última
oportunidad paraguaya de tener democracia se juega el 13 de agosto.
Y todo parece apuntar a que el pueblo votará bien y que le volverán
a escamotear su voto.
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