El
Senador Luis Ángel González Macchi es usurpador de la presidencia
de la República. No ha sido electo para el cargo y la Corte Suprema
de Justicia, que lo colocó allí, no tiene facultades
constitucionales para hacerlo. Por otra parte, es un gobernante
absolutamente inepto, como lo ha demostrado a lo largo de un año y
casi nueve meses en la presidencia de la República, hundiendo al país
en su crisis más severa y prolongada.
Es
una especie de dictador, ya que ha desatado persecuciones cubiertas
con el disfraz judicial, y ha violado la Constitución y las
disposiciones sobre Derechos Humanos en forma sistemática y
reiterada.
El
senador Luis Ángel González Macchi es además el personaje más
impopular de la República, el más odiado y despreciado después
del Ing. Juan Carlos Wasmosy. Entonces, ¿por qué no cae? Si el
pueblo lo desprecia y lo aborrece ¿cómo es que sigue gobernando?
La
clave está en una sola palabra: energía
.
El
Brasil necesita desesperadamente energía para sus insaciables
requerimientos y solamente con un gobierno paraguayo sumiso puede
extraerla en su totalidad de Itaipú Binacional, la dueña de la
represa hidroeléctrica más grande del mundo. Ese gobierno
paraguayo no es otro que el del senador González Macchi, al que el
Brasil sostiene para que le ceda la energía que necesita, y para
que no se la venda a mejor precio a la Rca. Argentina.
González
Macchi es un prisionero del Brasil. Como la Rca. Federativa tiene a
buen recaudo al Gral. Lino César Oviedo, su baraja más importante
en el juego, González Macchi no tiene la menor posibilidad de
resistir a las presiones, por más suaves y aterciopeladas que sean.
A Fernando Enrique Cardoso le basta con decir que apoya la
democracia paraguaya para que González Macchi se sostenga, y que
Lino Oviedo podría ser liberado, para González Macchi obedezca.
El
Brasil impuso la construcción de dos nuevas turbinas para Itaipú,
una de las cuales debe ser paraguaya, pero que entregará el
producido de su trabajo, a vil precio, al Brasil. Mientras tanto,
negocia con la Argentina la venta triangulada de toda la energía
paraguaya de Yacyretá, que es entregada a la Argentina por el
gobierno de González Macchi, pero que no estaba destinada al
Brasil. Esa jugada solamente puede resultar barata para los brasileños,
mientras se mantenga el esquema de la usurpación. González Macchi
no está en posición de discutir nada con nadie.
Porque
el Brasil quiere, González Macchi, un usurpador, que repugna a
la democracia, es presidente del Paraguay y lo será hasta
que el Brasil quiera. Sin Fuerzas Armadas dignas de ese nombre, con
la oposición comprada con el dinero de Wasmosy y Gustavo
Stroessner, y con la ANR destrozada, el Brasil es dueño del destino
paraguayo.
El
Paraguay no tiene un Mario Vargas Llosa que lo defienda a nivel
mundial. Todos los mecanismos de protesta han sido silenciados.
González
Macchi hasta se da el lujo de hablar de democracia y de elecciones,
tratando el tema peruano.
La
pregunta de por qué no cae González Macchi ya está contestada:
Porque el Brasil necesita un títere en la presidencia de la
ex Rca. del Paraguay.
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