El
PLRA decidirá probablemente, por una mayoría posiblemente
abrumadora, pedirle la renuncia al senador Luis Ángel González
Macchi, ocupante de la presidencia de la República, que corresponde
en derecho al Dr. Julio Cesar Franco, electo vicepresidente el 13 de
agosto del 2.000.
González
Macchi ocupa la presidencia a raíz de la renuncia del Ing. Raúl
Cubas, y lo que debió ser un interinato a tenor de lo que
establecen los artículos 227 y 234 de la Constitución se convirtió
en permanente, gracias al fallo aberrante, inconstitucional, nulo y
por tanto inexistente, de la Corte Suprema de Justicia. Al haber un
vicepresidente electo y estar vacante la presidencia de la República,
el vicepresidente es quien debe ocuparla.
El
hecho es que no solamente González Macchi es un presidente
usurpador, sino que ha demostrado a lo largo de año y medio de
gobierno, que es un inepto total. Lo que era una crisis grave se ha
convertido, gracias a sus falencias, en una crisis terminal. La
renuncia de González Macchi ha dejado de ser una cuestión jurídico-política
para ser un asunto de supervivencia.
En
el Paraguay se enfrentan varias fuerzas disfrazadas. Una, la de los
barones de Itaipú, lideradas por el Ing. Enzo Debernrdi, tiene en
sus manos todos los poderes fácticos. Es dueña de la Corte Suprema
y de gran parte del Poder Judicial es dueña de la Fiscalía Gral.
Del Estado y la Procuraduría; es dueña del Senado y de las cúpulas
de las FFMM. El operador visible de esta fuerza secreta y
todopoderosa es Juan Carlos Wasmosy; otra es el argañismo, que actúa
a caballo de una emoción y trata de sacar el mayor partido de la
muerte de su líder histórico, Luis María Argaña; otra el PLRA
una fuerza emergente cuya cúpula hasta ahora no representa
intereses muy claros. Todas ellas actúan en función de los
negocios enormes posibles gracias al poder, y ninguna tiene la menor
intención de reformar en serio el sistema que hace posible que los
grupos dominen la vida política y económica del país.
Si
renuncia González Macchi quedará frente al país Julio César
Franco, que está rodeado de mucha gente que responde a Wasmosy, o
mejor, a los barones de Itaipú. Si Franco accede al gobierno todo
el gabinete de González
Macchi desaparecerá,
incluidos los ministro del Partido Encuentro Nacional, que hoy no es
más que una carcasa.
Un
cambio así modificará todo lo que se juega en cuanto al reparto de
los negocios y las privatizaciones. Probablemente Wasmosy, aunque
tenga varias barajas en el mazo de Franco, quedará al margen porque
los políticos del PLRA no le dejarán ningún espacio.
A
raíz de esta certeza es que Wasmosy ha lanzado su ofensiva total
buscado la renuncia masiva del gobierno y el Congreso, buscando
colocar su carta eclesiástica en el gobierno: Su hombre es Pedro
Fadul.
Este
torbellino, en lugar de apresurar la caída del usurpador, tiende a
sostenerlo, porque los que están buscando los negocios de las
privatizaciones prefieren a González Macchi antes que a un
desconocido. Si Franco no se
inclina hacia algún bando, González Macchi seguirá en el gobierno
y el Paraguay se seguirá hundiendo.
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