El
jueves seis de septiembre, se trató en la Cámara de Diputados el
pedido de juicio político, solicitado por el PLRA, al usurpador
senador Luis Ángel González Macchi, acusado de dos delitos
comunes: La posesión de un automóvil BMW robado en el Brasil y el
desvío de dieciseis millones de dólares americanos, de propiedad
de los Bancos Unión Oriental.
Se
trata de una maniobra política de los defensores de González
Macchi, puesto que no hay número para alcanzar los dos tercios
necesarios para presentar el caso ante el Senado, y será exitosa
porque los miembros del Movimiento Sombrero Pirí del PLRA
proporcionarán quorum a la Cámara, que, de otro modo, no lo
obtendría. El diputado Franklin Boccia, lainista, también hará
quorum.
En
realidad el PLRA se equivocó al pedir juicio político a una
persona constitucionalmente inimputable. González Macchi es un
usurpador, y los usurpadores no tienen derecho al juicio político.
El Juicio Político es un derecho del mandatario legítimo. Al no
existir legitimidad no puede llevarse a cabo el proceso
constitucional.
González
Macchi es, antes que nada, culpable del delito de usurpación.
Elegido senador, ocupa el cargo de presidente de la República a
espaldas de la Constitución, mediante un fallo aberrante y nulo de
la Corte Suprema de Justicia.
Cuando
perdió el cargo de presidente del Senado, también perdió el
privilegio de figurar en el interinato de la presidencia de la República,
que no admite otra sucesión que la del vicepresidente electo. Como
el PLRA, en mayoría, fue cómplice del golpe de estado de marzo de
1.999 que derribó al presidente constitucional Raúl Cubas, no se
atrevió a exigir, en la plaza pública, la salida del usurpador.
La
usurpación tiene consecuencias internas y externas en el Paraguay.
La consecuencia externa es que nada de lo que haga, firme o acuerde
el usurpador será reconocido por los gobiernos legítimos que lo
sucedan. Por esas razones el Brasil , la Argentina y los Estados
Unidos de América, quieren que continúe la comedia, para hacer
valer todas las concesiones que hizo el usurpador a esos tres países.
La
realidad es que González Macchi no será juzgado políticamente -
como desde luego no puede serlo - y esto, en lugar de beneficiar a
la usurpación a la larga tendrá otra\ consecuencia. González
Macchi no será legitimado ni por la vía del juicio político.
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