En
el Paraguay todo es apariencia. Hay una aparente democracia; hay una
Justicia aparente; aparentemente existe una representación popular
y aparentemente hay elecciones y se respetan los resultados. Nada de
eso es realidad.
En
1964 el Brasil invadió una pequeña zona paraguaya, donde instaló
un puesto militar precario que denominó Puerto Renato. Esa invasión
tenía por objetivo asegurar para el Brasil los Saltos del Guairá,
que pertenecían al Paraguay desde tiempo inmemorial, y que eran la
llave para el aprovechamiento hidroeléctrico del rio Paraná según
los planos del Ing. Marcondez Ferraz.
La
lucha por recuperar esa pequeña franja territorial y la posesión
de los Saltos terminó
con el Acta de Foz de Iguazú, mediante la cual los dos países
convinieron en llegar a cabo en conjunto las obras hidroeléctricas
en el Paraná. El Acta reconoció el condominio de los Saltos porque
los informes técnicos decían que esa parte sería inundada por
cualquier represa que se hiciera más abajo, y Juracy Magallaes,
entonces canciller del Brasil sostuvo que era absurdo trazar una
linea porque poco importaba a quien perteneciera el fondo
(Enzo Debernardi-Apuntes para la Historia Política de Itaipú-Editorial
Grafica Continua SA-pag 71).
A
partir de ese momento en el Paraguay se fue formando una especie de
logia de ingenieros especializados en cuestiones energéticas,
dirigida por el Ing. Debernardi, que cristalizó, en un momento
dado, en una sociedad llamada Emprendimientos SA. Esa sociedad , que
dura hasta hoy, es la que se apoderó de todos los verdaderos
ingresos de la República del Paraguay y dirigió su política
interior y exterior durante toda la construcción de la represa de
Iatipú y la dirige hasta hoy. Son lo que el Dr Luis María Argaña,
en un inspirado discurso llamó los barones de Itaipú. El
Ing. Juan Carlos Wasmosy es apenas la cabeza visible de esa logia.
La
misma logia paraguaya que construyo y se aprovechó de la construcción
de Itaipú, construyó y se aprovechó de la construcción de
Yacyretá, obra calificada por el ex presidente argentino Carlos Saúl
Menem como monumento a la corrupción.
Si
se estudia profundamente lo ocurrido en el Paraguay desde la
finalización de la obra de Itaipú se verá que se fueron formando
sociedades como un panal de abejas, que tienen el mismo plantel de
directores y que abarcan todo lo importante de la vida económica
paraguaya. Lo mismo ha ocurrido con la obra de Yacyretá.
Toda
la política paraguaya ha venido girando en torno a los intereses
que mueve Emprendimientos SA, desde el derrocamiento de Alfredo
Stroessner, que ya no les servía, hasta el encumbramiento de Juan
Carlos Wasmosy, el asesinato del Dr. Argaña y el derrocamiento del
gobierno constitucional del Ing. Cubas, que a pesar de ser miembro
de la logia no pudo contrarrestar la influencia del Gral Lino César
Oviedo. Toda la política seguida desde marzo de 1999 pasa por la
defensa, a veces escandalosa, de los intereses de la logia.
La
logia ha colocado a sus hombres en la ANR principalmente, pero también
en lugares destacados del PLRA y el PEN. Es la única organización
paraguaya que dispone de tanques de pensamiento y estado mayor
estratégico. Es la única que ha sorteado victoriosamente todos los
obstáculos y ha logrado alianzas efectivas en el exterior, como la
de William Clinton y Fernando Enrique Cardoso. En su camino para
mantener el poder ganado, no ha hesitado en entregar parte de la
soberanía paraguaya.
¿Quién pues gobierna el Paraguay? No hay sino una respuesta: Los
barones de Itaipú.
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