El
Dr. Franco, actual vicepresidente elegido de la República, no conoce
todavía su despacho. Desde que juró el cargo, con un discurso que ,
hay que decirlo, desmoralizó a muchos de sus votantes, se ha pasado
volando de un extremo a otro del mundo, haciendo turismo político.
Entretanto, en el país siguen pasando cosas.
En
la ANR, el partido derrotado, ha surgido una Convergencia Colorada, que
agrupa diversos movimientos internos, el más fuerte de los cuales, de
lejos, es el UNACE u oviedismo. Esta nueva fuerza ha pasado a la
oposición más severa y está concitando la atención pública. Se ha
convertido en la protagonista del hecho político. Tal como me había
parecido prudente advertir a tiempo, la vocación viajera y
despreocupada del Dr. Franco, y los consejos contemporizadores de las
palomas de su partido, ha desplazado el eje de la acción política
de la vicepresidencia a la Convergencia.
Franco
se ha equivocado. En su discurso de toma de posesión del cargo debió
haber dicho que su legitimidad lo convertía en la persona con mejor
derecho para ocupar la presidencia de la República. Debió haber dicho
que no reclamaba el cargo judicialmente para no prestar legitimidad al
fallo 191, que es nulo, de nulidad absoluta y completa.
Debió
haber dicho que no colaboraría con un gobierno usurpador e inútil por
añadidura. Y debió haber dicho que encabezaría una oposición
frontal a ese gobierno. No dijo nada de eso, al contrario, habló
de colaboración, apoyo y otras majaderías. A un público
ávido de escuchar el clarín de la batalla, le hizo escuchar un violín
romántico.
El
público, a regañadientes, le perdonó. Se dijo es demasiado
temprano para sacar las uñas y no hubiera sido de buena educación
hablar claramente en una reunión social. Pero a renglón seguido
aceptó viajar a los Estados Unidos representando al gobierno usurpador.
Se pensó que en las Naciones Unidas iría a plantear el caso paraguayo
a la luz de la verdad. En vez de eso, leyó un discurso soporífero que
dejó atónito a todo el mundo. Habló de China, de Taiwán y de las
islas Falkland que llamó Malvinas pero no de la legitimidad de
su mandato y la ilegitimidad del gobierno. Entonces el público, después
de oirlo, frunció la frente.
Acaba
de llegar del Brasil, donde se sentó con Fernando Enrique
Cardoso, a quien no advirtió de su legitimidad y de la
ilegitimidad de la usurpación, que ahora le parece apenas una cuestión
semántica.
Y
esto ha sido demasiado. Automáticamente la Convergencia Colorada declaró
que Yoyito Franco fue apenas un instrumento para demostrar la
orfandad del gobierno, y ya no existe más Julio César
Vasconcellos, coordinador general de la Convergencia Colorada a Julio
Vera por la 9.70 AM el día jueves 14 de septiembre Y es cierto.
El
vicepresidente Franco, con sus
actitudes , ha convertido una derrota de la ANR en una victoria
de la Convergencia Colorada.
Los
liberales radicales auténticos se encuentran enzarzados en una riña de
gallos por la presidencia del partido, y nada ha salido que permita
suponer que se trata de un partido opositor. Es colaborador del gobierno
menos legítimo que haya existido en el Paraguay, el más corrupto, y el
menos eficiente. En las próximas elecciones municipales el PLRA tal vez
gane una o dos intendencias, y en el 2.003 será barrido del mapa
electoral.
Mientras el Dr. Franco viaja, en el Paraguay suceden cosas. Y todas le
pasan por encima.
|