Tal
como lo había anunciado en mis artículos anteriores, el equipo de
Juan Carlos Wasmosy ha convertido ya el corto circuito sufrido por
un altoparlante instalado en el escenario montado para un mitin de Félix
Argaña en la ciudad de Pedro Juan Cavallero- se escribe con v corta
en un atentado con coctel molotov, con culpable atrapado y todo.
La
Policía dio el informe oficial acerca del incidente, estableciendo,
más allá de toda duda, que lo ocurrido había sido un accidente
debido a un mero corto circuito que hizo estallar un altoparlante y
provocó un diminuto incendio. Sin embargo, la inteligencia
militar que responde a Juan Carlos Wasmosy construyó la leyenda
del cóctel molotov. Félix Argaña, que tuvo un susto mayúsculo,
hasta vio a un hombre con una botella. Hoy
se habla ya de un responsable, atrapado en la calle y
curiosamente denunciado por un testigo que no aparece por ninguna
parte.
El
montaje es el mismo que en los auto atentados anteriores que
afectaron a un mango en la propiedad de Francisco José de Vargas y
a un acondicionador de aire en la de Mario Paz Castaing, ambos
wasmosistas declarados. Ni siquiera han tenido el cuidado de
inventar una novela diferente. El mismo guión, las mismas personas
para el mismo propósito: perseguir a los adversarios, intimidar a
los votantes y llevar al gobierno de la República a la banda de
ladrones que ya la destruyó hasta sus cimientos.
El
guión es el siguiente: Se monta un atentado , se lo publicita
uno o dos días, se utiliza a la inteligencia militar o a un
policía cualquiera, se encuentra un presunto culpable y se le
endilga la responsabilidad a los adversarios políticos que, por
rara casualidad, están por ganar las elecciones. Ha sido el guión
del extraño suceso que se considera un magnicidio cuando
ni siquiera se sabe si el Dr. Luis María Argaña estaba muerto
antes de su fusilamiento y de todas las otras patrañas montadas
por el estado mayor del Ing. Wasmosy, que trata desesperadamente de
salvarse de la cárcel que merece por haber defraudado al pueblo
paraguayo, según rezan los informes de la Contraloría General de
la República, en más de seis mil millones de dólares.
Wasmosy
tiene en su bunker de la Avda. Sma. Trinidad un estado mayor
funcionando las veinticuatro horas del día, dotado de los más
sofisticados elementos y capaz de realizar los planes más
delirantes. Tiene a su disposición dos diarios , cuatro emisoras
radiales y dos canales de televisión. Puede lanzar las mentiras
que matan con una gran eficiencia. Lamentablemente para él, su
equipo de guionistas se está repitiendo sistemáticamente.
¿Cuántos
años de cárcel le tocarán a Wasmosy si la justicia lo
encuentra culpable de la defraudación de seis mil millones
de dólares? Por lo menos veinticinco, y la inhabilitación absoluta
para ejercer cargos públicos en el futuro. Ante esta perspectiva
cualquier inversión en auto atentados, atentados verdaderos,
comedias militares y compra de testigos falsos es un gasto menor.
Wasmosy
es a la República del Paraguay lo que Catilina dicen que fue para
la República Romana. ¿Hasta cuando abusará de nuestra paciencia?
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