EL SABOTAJE A LA
OPOSICIÓN
Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)
Diógenes Martinez, uno de los candidatos opositores al régimen
ilegítimo y usurpador, denunció hoy jueves 13 de enero, que tanto el Ministerio de Obras
Públicas como la Administración Nacional de Electricidad habían saboteado el acto
programado para esta noche, en una plaza de Asunción.
Diógenes Martinez es colorado y exige, si gana las elecciones, la
entrega del poder conforme al artículo 234 de la Constitución.
Estos actos de sabotaje, que no son nuevos en el Paraguay, pero si
dentro de lo que se llamó el periodo democrático que fue de 1989 a 1999, demuestran, a
mi juicio, el retorno puro y duro de la dictadura stronista. Ahora se ha cerrado el
capítulo democrático y se reabre, sin máscara, el capitulo totalitario. Stroessner ha
vuelto.
Ha vuelto, desde luego, de la mano de José Alberto Planás, los
Argaña, Walter Bower y Bader Rachid Lichi, stronistas de la primera hora, pero ha vuelto
también de la mano de Julio Cesar Franco, Domingo Laíno, Gonzalo Quintana,Armando
Espínola, Guillermo Caballero Vargas, Euclides Acevedo y Mario Paz Castaing, que
fingieron, durante mucho tiempo ser antistronistas.
Para mi es una satisfacción ver lo que sucede, aunque me afecte. Es la
confirmación de lo que he venido diciendo desde 1962: Los radicales y algunos que
entonces eran febreristas, no eran más que stronistas disfrazados que jamás cuestionaron
al sistema.
Cuestionaban las personas. El problema para ellos, prebendarios y
presupuestívoros de alma, no era Stroessner, organizador de un sistema odioso, sino
Stroessner persona. Laíno siempre quiso ser un Stroessner y nada más.
Resulta siempre de mal gusto decir "yo lo dije", "yo lo
había predicho" o "yo lo profeticé", pero en este caso o mejor
dicho en mi caso que forme parte de un grupo liberal que quiso cambiar el sistema y
por ello fue anatematizado, es muy difícil resistir a la tentación de hacer referencia a
predicciones que resultaron acertadas. Es cierto, será de mal gusto, pero yo lo dije y lo
vengo diciendo desde 1962.
El caso es que el totalitarismo también ha sido impulsado por los
Estados Unidos de América, o por lo menos por su embajada en Asunción.
Desde Tomothy Towell, que recibía un jugoso sobre de la presidencia de
la República existen declaraciones de su chofer que tuvo que buscar el sobre
olvidado por un Towell totalmente borracho y tuvo la ocasión de constatar cuantos
billetes de cien dólares había adentro hasta Maura Harty, y ahora Stephen Mc
Farland, los diplomáticos estadounidenses, extrañamente, apuestan por la dictadura en el
Paraguay.
Maura Harty tiene mucho que explicar sobre el asesinato del
vicepresidente Argaña, así como Mc Farland sobre la intervención desembozada que hace
cada tanto para sostener la dictadura paraguaya.
¿Es que los paraguayos no podremos nunca vivir en libertad? ¿Es que
nunca tendremos democracia? ¿Qué es lo que hace que los países mayores intenten
tutelarnos? ¿Por qué los Estados Unidos nos agreden de esta forma? ¿Qué pecado hemos
cometido para ser la víctima de los estadounidenses y sus "son of a bitch"?
Diógenes Martinez ha demostrado que el totalitarismo ya no se anda con remilgos. Está
dispuesto a todo, porque parece que la protección estadounidense lo ha envalentonado.