En
Asunción no se habla de otra cosa. Se comentan por todas partes los
detalles de una supuesta conspiración wasmosista, que tiene por
objetivo impedir que el Dr.. Julio Cesar Franco se haga cargo de la
presidencia de la República, que le corresponde por mandato del
pueblo, después que renuncie o sea destituido el usurpador Luis Ángel
González Macchi.
La conspiración tenDr.ía fecha fija: El 15 de agosto, fecha
clásica de todos los rumores paraguayos. Ese día, se produce un
cambio en la Constitución; si se produce una doble acefalía, el
pueblo quedará excluido y será el Congreso el que elegirá
mandatario para completar el periodo constitucional. Según la
impresión de todos aquí, González Macchi ya no da para más y su
salida es cuestión de horas o a lo sumo días. Pero a González
Macchi tiene que sucederle Julio Cesar Franco, que ganó las
elecciones del 13 de agosto del 2.000. Y eso parece que no es
admisible para la cúpula de la ANR y factores muy poderosos. Hasta
los jerarcas católicos, que no se resignan a quedarse en las
sacristías, se encuentran lucubrando soluciones para que la
Constitución no sea cumplida.
Se habla que se forzará, como sea, la renuncia del Dr.
Franco y que el Congreso ya tiene elegido el candidato: El Almirante
(sr) González Petit. Este habría asumido el compormiso de llamar
inmediatamente a elecciones generales, es decir, de presidente,
vicepresidente y congresistas. Una solución no contemplada por la
Constitución, ni siquiera de rebote. Otros dicen que la conspiración
existe, pero que el candidato es el Almirante (sr) Ocampos Alfaro,
que sería el hombre de confianza de la Embajada de los Estados
Unidos.
En todo caso, las fuerzas wasmosista están poniendo
ostensiblemente en pié de guerra a su prensa, a su organizador de
"sacrificios en las plazas, el jesuíta Oliva, y a sus
legisladores, entre los que se destacan Juan Carlos Galaverna,
Francisco José de Vargas y Luis Mauro.
Detrás de todo esto aparece, con su perfil esfumado como
siempre, el Lic. Carlos Podestá, ex Ministro del Interior de Juan
Carlos Wasmosy. Todo el efectivo que llevó a cabo triunfalmente el
golpe de estado de marzo de 1.999 se encuentra, según se dice,
listo para volver a golpear.
La intranquilidad en el Paraguay aumenta y se anuncian
huelgas de todo tipo. Hoy se inició la huelga de ANTELCO y se
comenta que será seguida por huelgas de otras empresas del estado.
Todas bajo control wasmosista. Las mismas tácticas de
enmascaramientos, para responsabilizar a terceros, están siendo
puestas en marcha, mientras desde Radio UNO, de propiedad de Juan
Carlos Wasmosy, la Directora Mina Feliciángeli llama impunemente a
las armas.
Parece que se ha iniciado la cuenta regresiva para un
gobierno usurpador, pero también parece que no se entrará en la
legitimidad, sino todo lo contrario.
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