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La
Policía informó detalladamente acerca del supuesto “atentado”
contra el candidato de la coalición oficialista – argañismo,
caballerovarguismo y lainismo- que busca la legitimación en las
elecciones del 13 de agosto. Estalló un altoparlante a raíz de un
corto circuito, lo que provocó un diminuto incendio al encender la
alfombra de plástico negro que cubría la tarima. Un accidente, de
los innumerables que suelen ocurrir cuando se hacen instalaciones eléctricas
precarias.
Según
testigos presenciales el candidato se arrojó de cabeza de la tarima
y tuvo que ser ayudado por la guardia policial para subir a un automóvil
y salir presuroso del sitio, negándose a retornar. Desde luego había
muy poca gente, y pertenecía íntegramente a la delegación que había
llevado el candidato hasta la ciudad de Pedro Juan Cavallero – se
escribe con v corta -. La versión del atentado la dio algún
asustado participante, y luego fue tomada por los periodistas que
responden a la línea de Juan Carlos Wasmosy.
No
cabe ninguna duda de lo que ocurrió; sin embargo, hoy la prensa que
responde al ex presidente Juan Carlos Wasmosy destaca el hecho y
dice que “el atentado sufrido por Felix Argaña demuestra la
inseguridad existente en la República”. La orden es, por lo
visto, desconocer la verdad – otra vez- para crear una ficción
que permita perseguir y denostar.
Wasmosy
y su estado mayor se encuentran embarcados en una política dual;
por un lado apoyan la candidatura de Félix Argaña y por el otro
hacen lo posible por hundir al senador González Macchi, que usurpa
la presidencia de la República. El objetivo es claro: Si gana Félix
Argaña pedirá de inmediato la renuncia de González Macchi para
que asuma el vicepresidente, como desde luego lo establece la
Constitución. González Macchi es, entonces, para la prensa adicta
a Wamosy, que nuclea al diario Noticias, al Popular, a la
radioemisoras UNO y 1ro de Marzo y al Canal 2 y 9, el peor de los
fantoches. Lo tratan desde traidor hasta otros niveles peores de
calificación.
El
“atentado” que no debe descartarse que haya podido ser el
resultado de algún manipuleo en las conexiones eléctricas, está
sirviendo para los propósitos de Wasmosy, como han servido el
asesinato del Dr Argaña, la granada en el árbol del senador
Francisco de Vargas o el extraño petardo que estalló contra la
caja del acondicionador de aire del senador Mario Paz Castaing.
El
caso es que el estallido eléctrico asustó a Félix y lo hizo ver a
un hombre con una botella, de lo que infirió que le habían
arrojado, como si fuera un tanque de guerra, un cóctel molotov. Y
pone en tela de juicio la seguridad de los candidatos, dramatizada
por la prensa adicta a Wasmosy. No me extrañaría que se pidiera la
suspensión de las elecciones y el nombramiento de un vicepresidente
por vía de la Corte Suprema de Justicia.
Es
que Wasmosy que tiene que responder por más de seis mil millones de
dólares desaparecidos durante su gobierno, se encuentra en una
situación desesperada; si no gana Félix Argaña va seguro a la cárcel.
Si gana Félix, quizá se salve. Si sigue González Macchi como
presidente, y no gana su candidato a Fiscal General del Estado,
corre el mismo riesgo que hasta ahora, es decir, sin seguridad de no
ir al lugar que legítimamente le corresponde y se ha ganado con
creces.
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