El
Dr. Julio César Franco, vicepresidente de la Rca. elegido para ser
el presidente a raíz de la vacancia dejada por el Ing. Raúl Cubas,
renunciado por un golpe de estado palaciego, parece estar decidido a
no cumplir las promesas electorales, aunque el PLRA, su partido,
le exija por todos los medios que lo haga. El Dr. Franco y su
entorno creen que pueden contemporizar con la usurpación y
sobrevivir políticamente.
Creo
que se equivocan. La decisión de no hacer honor a la promesa
electoral, por la razón que fuere, tendrá como consecuencia la
apertura de la tumba política del Dr. Franco y sus allegados
directos, pero también, y no sé por cuanto tiempo, del PLRA. No se
puede convocar a un pueblo, prometerle el cambio que desea, y luego,
cuando se triunfa, desentenderse de la promesa diciendo que el
cambio propuesto es mantener las cosas como están.
El
entorno del Dr. Franco tiene antecedentes de anteriores pactos políticos
nocivos para el pueblo paraguayo. Carlos Mateo Balmelli fue uno de
los ideólogos del llamado Pacto de Gobernabilidad cuando era
consejero muy escuchado del Dr. Domingo Laíno tiene escrito un
libro sobre el tema y no ha extraído las lecciones de esa
experiencia.
Ahora
aconseja al Dr. Franco que sostenga un nuevo pacto de estabilidad
con un gobierno odiado por el pueblo y en unas condiciones tales que
cualquier apoyo que se le brinde redundará en perjuicio de la
sociedad paraguaya en su conjunto. Aparece así como el ideólogo de
una transada deshonesta aparentemente destinada a robustecer a un
grupo privilegiado a expensas del resto de la población.
Al
Dr. Franco no le molesta el consejo y repite hasta el cansancio
y la
exasperación
que él no provocará la desestabilización de un gobierno que todo
el mundo quiere que se vaya de inmediato y para cuya caída votó el
13 de agosto del 2.000. La verdad es que Franco está manteniendo un
gobierno ilegítimo y usurpador, contra la clarísima voluntad del
pueblo y sin que nadie pueda comprender para qué.
Los
liberales están más ofendidos que ningún otro grupo en la República
porque comprenden que la felonía del Dr Franco - ¿cómo llamarla
de otra manera? no solamente lo afectará en su vida política
personal sino que caerá sobre el PLRA en forma implacable. En las
próximas elecciones nadie que no sea fanáticamente de ese partido
votará por sus candidatos.
¿Para
que elegirían a miembros del PLRA si estos no quieren cumplir las
promesas electorales? Todos los políticos , candidatos potenciales
a ser derrotados en el futuro cercano por un pueblo enfurecido,
se encuentran estudiando la manera de hacer que el Dr. Franco cumpla
con sus promesas o desaparezca.
La
inacción del Dr. Franco es alevosa, porque él cree que puede
disfrazarla viajando continuamente al interior a recibir quejas que
sabe que no puede resolver. Se ha convertido en el secretario electo
de un presidente usurpador e ineficaz, con la misión de recibir las
quejas y enviarlas al archivo. Una triste misión sin duda, digna de
un palafrenero y no de una persona elegida por el pueblo para la más
alta magistratura de la República.
Por
otra parte la inacción del Dr. Franco, y su sometimiento indigno a
las condiciones actuales de usurpación, hacen pensar en que tal vez
su tumba política sea una tumba faraónica, y baje a ella, como los
Faraones de Egipto, rodeado de un soñado esplendor.
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