A
poco menos de dos meses de la confrontación electoral del 13 de
agosto, una de las más importantes en la historia del Paraguay
porque se disputa por primera vez el poder desde 1936 como lo apunta
el analista político Bernardino Cano Radil, van quedando en
evidencia las estrategias de los principales protagonistas.
En
la 9,70 AM comenté que había recibido información, de una fuente
segura, acerca de lo que estaba sucediendo.
El
ex presidente Wasmosy, acusado de ser el ladrón número uno de la
historia paraguaya, y que enfrenta 94 procesos por diferentes
delitos incluído el asesinato de dos sindicalistas en Itaipú antes
de acceder a la presidencia, como no tiene volumen electoral, parece
que basa toda
su estrategia en colocar a Juan Carlos Galaverna en reemplazo
del senador Luis González Macchi en la silla presidencial antes del
1ro de Julio.
En
ese día Galaverna dejará de ser presidente del Senado y dejará de
tener capacidad de suceder a González Macchi. La única posibilidad
de que
esto suceda es un golpe militar o palaciego. Como González
Macchi viajará en breve a Colombia, puede darse el caso que
Galaverna interine el cargo y se niegue a devolvérselo a su vuelta.
Domingo
Laíno, ex lider del PLRA y hoy muy venido a menos
electoralmente apuesta por que no haya elecciones el 13 de
agosto. Sin embargo, si las hay, volcará todo su esfuerzo para
hacer perder frente a Félix Argaña
al Dr. Julio Cesar Franco Yoyito candidato del
PLRA.
Finalmente,
si por acaso ganase Franco, Laíno apuesta a que no le entreguen el
poder.
La
estrategia está condicionada por la situación de Laíno; ha dejado
de tener significación electoral, y si Franco, su correligionario
gana, desaparecerá del mapa político porque sus cuatro derrotas
electorales sucesivas lo han puesto en una situación muy incómoda.
Si
Franco pierde, él gana.
Félix
Argaña y su Movimiento de Reconciliación Colorada están muy
retrasados en las encuestas y más de la mitad de su partido, la
ANR, le votará en contra. Si a eso se suma el voto castigo de los
funcionarios públicos la expectativa de triunfo de Argaña es
magra.
Conscientes
de eso sus estrategas están buscando todos los pretextos posibles
para postergar las elecciones; en caso que no se posterguen, apuntan
al fraude, pero las recientes elecciones del Perú hacen que se
tenga aquí un control exterior muy severo.
La
última posibilidad sobre la que trabajan es la de no entregar el
poder en caso de derrota. Cuentan con que González Macchi intente
permanecer en el cargo a toda costa.
Los
oviedistas que suman aproximadamente el 37% de la ANR y los
movimientos que no aceptan al argañismo están organizándose para
provocar una severa derrota de Felix Argaña.
Comoquiera
que electoralmente son la porción más fuerte, unos cuatrocientos
mil electores disciplinados, se adjudicarán el triunfo de Franco ,
quien tendrá que negociar con ellos para hacer un gobierno estable.
De este modo quedaría liquidado el argañismo y la ANR no perdería
todo el poder, y podría volver en mejores condiciones en el 2003.
Franco
intenta conseguir los votos republicanos disidentes, pero quiere dar
la apariencia de ganar solo. Si la estrategia de los antiargañistas
y oviedistas funciona, el triunfo será de ellos o compartido. Si
gana solo cosa que aparentemente no puede lograr sin un apoyo
masivo de los electores no afiliados a los partidos podrá
negociar la gobernabilidad en mejores condiciones.
El Partido Encuentro Nacional, que no tiene significación electoral
se ha dividido; una parte se ha aliado a Franco, pero su cúpula
apuesta al triunfo de Argaña. Su jefe histórico depende de las
cosas sigan como están para recomponer, desde el estado, sus
finanzas.
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