DESINTEGRACIÓN DEL
GOBIERNO
Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)
Publicado también como Editorial del diario La Nación
En marzo de 1999, a caballo de una desorientación popular provocada
por dos crímenes, cuyos autores ya no se ocultan, fue formado un supuesto gobierno de
"unidad nacional" basado en un acuerdo cupular entre los sectores argañistas y
wasmosistas de la ANR, el PLRA y el PEN. Ese gobierno, espúreo, ilegítimo y usurpador,
ha tocado a su fin. El PLRA, Convención mediante y por aplastante mayoría, ha decidido
retirarle su apoyo.
El gobierno usurpador se asienta hoy sobre el sector argañista de la
ANR y el sector caballerovarguista del PEN. Se trata de una minoría despreciable en
términos electorales, ya que por lo menos un ochenta por ciento del electorado,
conformado por los sectores oviedista, diogenista, seifarista y contestatario de la ANR,
el PLRA y el sector filizzolista del PEN se encuentran ya en la oposición.
El nuevo mapa político paraguayo señala un pequeño grupo de
usurpadores, que manejan a su antojo la Corte Suprema de Justicia y el Tribual Superior de
Justicia Electoral, enfrentado a una mayoría inmensa del pueblo que reclama elecciones
ya, y para cambio total del gobierno.
Si bien la retórica dirigencial todavía anuncia conductas que la ola
de oposición popular no respalda, la dinámica de los acontecimientos demuestra que el
Paraguay ha entrado en una nueva fase política que se caracterizará por la
profundización de la contestación al gobierno usurpador, por las demandas de elecciones
y por la denuncia, cada día más firme, de su naturaleza usurpadora e ilegítima.
El proceso de descomposición del gobierno, desde ahora hasta su
inevitable caída, puede durar hasta el 13 de agosto del 2.000 o acelerarse
inopinadamente. Del pronto desalojo del gobierno ilegítimo y usurpador depende, sin
embargo, que el problema económico, acuciante, pueda ser enfrentado con alguna
probabilidad de éxito. Cuanto más rápido se vaya el gobierno, preferiblemente motu
proprio, mejor será para el pueblo.
Desde 1996 se está haciendo vivir al pueblo un engaño monumental, con
el fin de evitar que exprese su voluntad real y que se dé los gobernantes que prefiere.
Este engaño, diseñado y mantenido por la Embajada de los Estados Unidos de América en
complicidad principalmente con el peor ladrón de la historia paraguaya, el ex presidente
Juan Carlos Wasmosy, se está disipando a pasos agigantados y la gente que sinceramente lo
había creído hoy lo examina horrorizada. Y está reaccionando.
El alejamiento del PLRA del gobierno ilegítimo y usurpador es el punto
de inflexión, el gozne del destino, que hará cambiar la suerte del país; a partir de
ahora, el gobierno ilegítimo y usurpador ya no tendrá las manos libres para depredar, ni
sus pandillas podrán seguir esquilmando al pueblo. El paraguayo tiene ahora esperanzas de
poder volver a ser dueño de su propio destino.
Vendrán todavía, con certeza, días obscuros y se escucharán voces
que pretenderán disfrazar la realidad para mantener el status quo perverso, pero ya se ve
la luz al fondo del túnel, que anuncia que los días aciagos están por terminar.