Algunos
analistas manifiestan que el Dr. Franco, que se ha hecho cargo de la
vicepresidencia de la República con innegable complacencia, tiene
un lapso de margen para mostrar las uñas y ejercer el liderazgo que
todo el mundo quiere concederle y que él por el momento no se
manifiesta inclinado a ejercer.
Una
especie de la luna de miel que se les concede a los presidentes
electos, esos cien días durante los cuales puede hacer cualquier
cosa sin atraer las iras del público. Yo creo que el Dr. Franco no
tiene ese lapso porque fue elegido no por lo que es sino por lo que
el pueblo quisiera que fuese, y no por los votos solamente por los
votos de sus fieles partidarios sino por los de los enemigos del
gobierno.
Le
guste a Franco o no, lo eligieron para que suceda a González
Macchi, el cual además de tener el dudoso honor de ser el primer
presidente elegido por un cónclave de nueve personas, ha gobernado
de la peor manera posible. Es cierto que el pueblo oviedista votó
contra la persecución desatada contra él, pero también es cierto
que todo el mundo votó para cambiar una situación económica que
ya nadie soporta.
Me
pregunto como cree el Dr. Franco que hará cambios en la desesperada
situación económica si no toma las riendas del poder. ¿Cómo
subalterno de González Macchi? ¿Cómo consejero de primera línea?
Ridículo.
Se
logran los cambios tomando acciones decididas, y para hacerlo es
menester estar en posiciones de poder. La vicepresidencia no es una
posición de poder sino de resignada expectativa.
Y
me pregunto qué pasará con el futuro político del Dr. Franco si
no cumple las promesas electorales y no hace los cambios que el
pueblo quiere.
Si
piensa que sus fieles partidarios le aguantarán el paso cansino,
tal vez tenga razón. Pero quienes no forman parte de sus amigos de
siempre no lo harán. Y sus amigos de siempre son demasiado pocos
para garantizarle un futuro espléndido.
La
oportunidad de Franco no es en el 2.003 porque nadie esperará
tanto.
Es
aquí y ahora, y no tiene siquiera un día de margen para comenzar a
acosar al gobierno exigiéndole que adopte las medidas que se
necesitan o se vaya. No tiene un día de tiempo para hacer el gran
discurso que todos esperaban el 2 de septiembre, en lugar del cual
le salió un gorgorito intrascendente.
Sus
amigos palomas simplemente le están aconsejando que espere y
su naturaleza lo impulsa a esperar, pero el país está harto de la
espera y reclama el cumplimiento de las promesas.
Además
me pregunto qué va a esperar el Dr. Franco. ¿Qué la situación se
deteriore aún más? Pero desde ahora él forma parte del gobierno y
el pueblo lo considerará cómplice del deterioro. A nadie convencerá
que él está esperando para actuar en el momento oportuno, porque
todo el mundo cree que ya está instalado cómodamente en la
poltrona vicepresidencial con juramento y todo.
Hoy,
según todos los datos, el Dr. Franco viaja a Nueva York en
representación del gobierno. ¿Qué irá a decir en las NNUU cuando
le pregunten acerca de la validez de los títulos del senador González
Macchi? ¿Y cuando le pregunten que hará el Paraguay en lo sucesivo
para someter la crisis que lo ahoga? ¿Les dirá que va a obedecer
las ordenes del senador González Macchi o les dirá que tiene
agenda propia y que se atendrá a ella?
Y cuando le pregunten cual es esa agenda... ¿que dirá?
El
Dr. Franco ya perdió una preciosa oportunidad de asumir el
liderazgo de la República el 2 de septiembre, con ese discurso
lleno de vaguedades y reminiscencias peronistas que pronunció. Yo
no creo que tenga margen para perder otra oportunidad más.
|