El
gobierno de Luis Ángel González Macchi, usurpador de la
presidencia de la República del Paraguay, parece estar tocando a su
fin. El PLRA, el principal partido de oposición y ganador de las
elecciones del 13 de agosto del 2.000, ha comenzado su campaña para
desalojar al usurpador del asiento que no le corresponde.
Por
un lado, endurece su posición en el Congreso - salvo el lainismo,
fracción gubernista del PLRA - y, por el otro, acude a los países
tutelares- Argentina, Brasil y Estados Unidos de América- para
exponer documentadamente la naturaleza del régimen y la conducta
delictiva de González Macchi.
Entretanto,
según mis informantes, se prepara la acción judicial que puede
terminar con un fallo de la Corte Suprema que dé fin a la usurpación.
Se considera que ese fallo solamente se producirá si los países
tutelares dan su visto bueno.
La movilización no existe en el Paraguay si se habla de una
acción conjunta y organizada; lo que existe es un descontento tan
grande que el gobierno ya no controla nada. El campesinado se agita
diariamente, se suceden los cortes de rutas, nadie paga sus
impuestos, todo el mundo contrabandea y hay una sector de la población
que trata de hacerse rico a toda costa, antes del diluvio.
González Macchi está aislado en el Palacio y sus
determinaciones ya no son atendidas. Su equipo se desbanda, y
Nicanor Duarte Frutos, el candidato argañista a la presidencia de
la ANR está tomando distancia a toda velocidad impulsado por dos
cosas; una por sentirse traicionado ya que la gente de
González
Macchi sueña con tener candidato propio para el 2.003 y, la otra,
porque las encuestas de IBOPE demuestran que el 80% de los colorados
quieren que González Macchi renuncie de inmediato. Con un candidato
oviedista pisándole los talones, Duarte Frutos ve que si se ata a
González Macchi se hundirá con él.
¿Quien le queda a González Macchi? Bader Rachid Lichi, el
actual usurpador de la presidencia de la ANR, cuya popularidad
desciende por minutos. A pesar de ser el caballo del comisario,
galopa detrás de Duarte Frutos y Galeano Perrone, en un lejano y
desesperado tercer puesto. Las encuestas le conceden un 14%.
El país entero considera que el gobierno está constituido
por una banda de pistoleros encabezados por González Macchi. En
estas condiciones, ya nada se puede hacer. No hay opciones; o González
Macchi se va motu proprio, o lo echan con cajas destempladas.
Se dice que los países tutelares dieron treinta días de
plazo a González
Macchi
para que adoptara, por sí mismo, una de estas dos soluciones: O se
va por la vía de la renuncia, o llama a elecciones generales, con
lo cual el Dr. Franco tendría que irse también. Y se dice que González
Macchi ha decidido
jugarse
el pellejo: Ni se irá por su propia voluntad ni convocará a
elecciones.
El
país tiene la vista fija en el PLRA, que aparece dubitativo. Dice
Bernardino Cano Radil que se trata de una situación de la cual se
sale triunfador o cadáver. Sin embargo, personas como Hermes Rafael
Saguier aseguran que lo que parece duda es nada más que compás de
espera.
Una de mis fuentes, que no se equivocado nunca, me afirma que
las delegaciones del PLRA a los países limítrofes
han salido dentro de un esquema de valores entendidos, y que
los países tutelares harán el "llamado telefónico" que
hará que la Corte Suprema de Justicia, ante un hecho nuevo,
disponga el cese del usurpador.
La verdad es que en el Paraguay se vive en una extraña
situación; el gobierno viejo ha entrado en un crepúsculo
irreversible, pero no hay gobierno nuevo.
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