Se
esperaban unas treinta mil personas. Se habían contratado medios de
transporte para esa cantidad, por el compromiso asumido por los
diversos comités del Departamento Central. Se tenía la
certeza de lograrlo pese a las amenazas del gobierno, y a las del
Partido Colorado. Llegado el momento, los omnibuses contratados no
aparecieron. Simplemente no cumplieron con sus contratos. Se dice
que el Ministro del Interior les garantizó el aumento del pasaje -
que se discute acerbamente en Asunción en estos días- si no cumplían
con lo pactado, y, por el contrario, la pérdida de sus itinerarios,
si se atrevían a cumplirlos. Para los pocos que se atrevieron
a desafiar al ministro, hubo barreras policiales,
revisiones y todo tipo de trabas.
Así
y todo, los radicales auténticos reunieron frente al Panteón de
los Héroes, aproximadamente entre ocho y doce mil personas. Las
fotografías demuestran esos números, si se tiene en cuenta que
debe considerarse, con los descuentos por vacío, árboles etc. unas
tres personas por metro cuadrado. Yo asistí a la marcha y tomé
fotografías. Para mí, había más de ocho mil personas como mínimo
y doce mil como máximo.
La
marcha fue, un éxito, porque enfrentó condiciones muy adversas. No
fue, sin embargo, una marcha decisiva, en el sentido de forzar
inmediatamente la renuncia del usurpador.
Dentro
del PLRA hubo una gran controversia que generó un sabotaje notorio.
Armando Espínola y Carlos Mateo Balmelli, criptowasmosistas -
porque responden en realidad al multimillonario ex presidente Juan
Carlos Wasmosy - y José Félix Bogado Gondra -líder del movimiento
interno llamado Sombrero Pirí - intentaron por todos los medios
impedir que la marcha se llevara a cabo o fuera un éxito.
Durante
casi treinta días pusieron todos los obstáculos imaginables. Se
enfrentaron a Miguel Abdón Saguier- presidente del PLRA - a Juan
Ramírez Montalbetti - Secretario Gral.-a Elba Recalde - una
combativa senadora- Atilio Martínez Casado, y prácticamente a los
presidentes de los comites de base. Todos ellos - que contaron con
el apoyo encubierto del propio vicepresidente Julio César Franco -
frente al éxito logrado, cambiaron sus discursos y pidieron la
renuncia inmediata del usurpador.
Tanto
la Iglesia Católica como la embajada de los Estaos Unidos
intentaron también abortar la marcha radical. La Iglesia
proponiendo un diálogo para salvar al usurpador, y la embajada de
los Estados Unidos interviniendo directamente, mediante comentarios
del propio embajador David Greenlee, quien dijo que desea que la
usurpación continúe hasta el 2.003.
¿Cual
fue el resultado de la marcha? Independientente de la cantidad de
gente reunida, que fue suficiente, el PLRA se encuentra ahora prácticamente
unido en la política de pedir, exigir y lograr la renuncia del
usurpador. Por primera vez, en estos dos año transcurridos desde el
golpe de estado de marzo de 1.999, el presidente del PLRA Miguel Abdón
Saguier llamó "usurpador" al senador Luis González
Macchi.
¿El
futuro? Yo pienso que las posiciones se irán radicalizando. El país
se encuentra sumido en una crisis terminal. Agobiado por la
corrupción, la crisis económica y la ilegitimidad, está al borde
de la explosión. La marcha radical es el inicio, no el final.
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