Walter
Bower puso sitio a un edificio de Departamentos y Hotel en
Ciudad del Este, buscando al Gral. Lino Cesar Oviedo. Lo hizo porque
recibió
un
video, procedente supuestamente de Inteligencia Militar, que mostraba
al perseguido tomando la brisa en un balcón del piso octavo. Walter
Bower, ministro del Interior paraguayo, ni corto ni perezoso organizó
un asalto
en toda regla al edificio, y tres días después de recibir el video,
a las cuatro de la tarde rodeó el edificio y esperó hasta las dos de
la mañana para saltarlo.
Dijo
después que la demora se produjo porque el juez que debía legalizar
el asalto con una orden de allanamiento no se presentó a la hora señalada.
El
hecho es que puntualmente a las dos de la mañana las fuerzas del
orden entraron como en la mansión de los davidianos, equipadas para
la guerra y listas para cobrar su victima. Revisaron todo el edificio
de punta a punta y al día siguiente, cumplidas las veinticuatro horas
de iniciado el operativo, se encontraron con la nada y se mandaron
mudar.
Hay
muchas versiones sobre lo ocurrido. Una dice que Walter Bower tenía
la intención de hacer matar a Lino Oviedo - como mataron a Coco
Villar - y que por eso esperó hasta las dos de la mañana. Dicen que
nadie hubiera podido escapar del cerco, a no ser que se convirtiera en
ratón u hormiga.
Otros
dicen que Lino Oviedo le tendió una trampa a Bower.
Dicen
que fue el Gral. quien hizo filmar a un socias y le pasó el video a
la Inteligencia Militar, en manos de un recomendado argañista, que no
sabe distinguir su mano derecha de la izquierda. Todos fueron
presurosos a cazar al Gral. que estaba en otra parte.
No
faltaron los periodistas que, bajo el influjo del dinero de Wasmosy
que reciben a manos llenas, vieron visiones. Uno de ellos, que escribe
en Ultima Hora me vio tomando el té con el Gral. en el Edificio España,
y dice que conmigo estaban Rafael Saguier, Adolfo Ferreiro y Osvaldo Vázquez.
Una
patraña que debe haberle redituado algunos centavos más.
La
cuestión es que el Edificio España fue puesto patas para arriba, y
Lino Oviedo no apareció.
El
papelón de Walter Bower fue histórico. Cuando los periodistas le
preguntaron que pensaba hacer ahora, después del fiasco, dijo: Rezar.
Y
parece que no le queda otra. Ya hizo de todo y en todo fue el hazmerreír
del mundo; quizá tenga talento como para reemplazar al inolvidable
Mario Moreno. |