El
actual ministro de Obras Públicas y anterior del Interior, y antes
presidente de la Cámara de Diputados, Esc. Walter Bower, ha
amenzado al Congreso, que amaga con hacerle juicio político para
destituirlo, que "va a hablar" y que entonces se desatará
"un verdadero Carnaval". No es la primera vez que Bower
amenaza con contar lo que sabe, que debe ser mucho a juzgar por el
terror que le tiene el gobierno.
Bower está acusado de torturas y violaciones a los Derechos
Humanos, y es el principal sospechoso en el caso del llamado
"mega asalto", en el cual desconocidos se alzaron con más
de dieciseis millones de dólares en una operación en que las
fuerzas de seguridad estaban mirando la Luna.
Walter
Bower era ministro del Interior y sus amigos, incluido un diputado,
aparecen como los autores del asalto. Ocurre que el FBI tomó cartas
en el asunto y la investigación se hizo en serio, por eso Bower fue
apartado del ministerio del Interior, pero como amenazó con hablar
sobre el "marzo paraguayo" se le dio el ministerio de
Obras Públicas.
¿Que sabe Bower? Sabe donde, cuando y como murió Luis María
Argaña, cuyo cuerpo fue utilizado en un simulacro de atentado; sabe
quienes, como y desde donde fueron asesinados siete jóvenes en la
Plaza del Congreso en marzo de 1999.
Sabe
de donde salieron las ramas que utilizaron los paramilitares que
dispararon del techo del Senado aquella fatídica tarde; conoce cada
detalle de la conspiración que hundió al gobierno del presidente
Cubas y hasta sabe todo lo referente a la intervención de la
Embajada de los Estados Unidos de América. Sabe tanto que si habla
este gobierno actual del Paraguay se hunde en menos de un segundo.
Por
estas razones Walter Bower es intocable. Se habló la semana pasada
-ultimos días de febrero- que sería nombrado embajador y apartado
del ministerio de Obras Públicas, donde se encuentra tramitando un
crédito leonino para hacer tragar máquinas brasileras a los
constructores paraguayos.
Por
lo visto no ha aceptado la solución - o es posible que nadie le
otorgue el placet- y por eso amenaza con hablar si es que a alguien
se le ocurre hacerle el juicio político.
Bower puede ser destituido sin explicación por su amigo Luis
González
Macchi, pero eso no
sucederá. González Macchi le debe el puesto a Bower más que a
nadie y si Bower cae González Macchi caerá con él. Por esta razón
es que el diputado Efraim Alegre, del PLRA (wagnerista) ha anunciado
su propósito de pedir el juicio político, única medida
constitucional para separar a Walter Bower de su cargo sin la
anuencia presidencial. Y la respuesta de Bower ha sido contundente.
Walter Bower puede seguir haciendo lo que quiera, que nadie
se atreverá a tocarlo. Si lo tocan y hablan, la cárcel se llenará
de los actuales "dignatarios.
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