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El juramento de Velázquez Ugarte

Enrique Vargas Peña 

23 de enero de 2001

Finalmente, el Superior Tribunal de Justicia Electoral resolvió que el senador electo Alejandro Velázquez Ugarte preste el juramento que le habilitará para el ejercicio del cargo, algo a lo que tiene derecho según la Constitución y las leyes pero a lo que se opusieron con éxito los autoritarios que ejercen el gobierno paraguayo.

El juramento ha sido señalado para el próximo jueves ante el propio Tribunal.

No hay razones para esperar que, mientras el presente régimen paraguayo permanezca en el poder, el senador Velázquez Ugarte pueda alguna vez ocupar productivamente su banca senatorial.

De hacerlo, demasiados jerarcas del régimen quedarían en el más completo ridículo: Juan Carlos Galaverna, ex presidente del Senado, Juan Roque Galeano, actual presidente, los jueces, comenzando por los tres miembros titulares del Superior Tribunal de Justicia Electoral, que se inhibieron cobardemente para no comprometerse en el caso, etc.

Pero los más dañados serán sin duda los seudo opositores que acompañan al régimen en sus desmanes: Luis Guanes Gondra, Evelio Fernández Arévalos, Mario Paz Castaign, Francisco José De Vargas, por citar a los principales y a los que más alarde viven haciendo de sus supuestas condiciones morales.

Estos sí quedarán reducidos a ser considerados como imágenes patéticas de la descomposición del Paraguay. Incapaces del más mínimo acto de valor cívico, serviles con el poder, opresores con la oposición, capaces de admitir cualquier abuso con tal de mantener los exiguos privilegios que les regala el régimen por actuar de comparsas.

Es muy difícil que incluso esas personas admitan tanta humillación, por lo que es medianamente razonable esperar que impidan, con alguna nueva artimaña que Velázquez Ugarte pueda ejercer el cargo para el que fue elegido.

El pecado de Velázquez Ugarte, como todo el mundo sabe, es haber sido vocero del general Lino César Oviedo. 

  

    

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