El Encuentro
Nacional
Enrique Vargas Peña
El partido Encuentro Nacional fue fundado por el empresario Guillermo
Caballero Vargas con el fin de que apoyara su propia candidatura presidencial en las
elecciones de 1993.
De los partidos paraguayos es el único fundado para servir a una
persona solamente, al márgen de cualquier ideología. Todo su sistema de valores,
lealtades, acciones y organización se centran en y confluyen hacia Guillermo Caballero
Vargas.
De los partidos paraguayos es el único que tiene una base social y
desarrolla un esquema cultural propiamente corporativista.
En ese esquema especialísimo, Caballero Vargas ha convocado a la
actividad política a los sectores que, durante la larga dictadura de Alfredo Stroessner
(1954-1989), habían prosperado cómodamente, sin ver ni escuchar nada que pusiera en
peligro esa prosperidad.
Caballero Vargas los convocó porque, a partir de 1989, esos sectores
se sintieron excluídos, no solamente del partido Liberal Radical Auténtico que, en un
proceso de torpeza política sin igual, esgrimió un discurso condenatorio para quienes no
habían combatido a la dictadura, sino del partido Colorado que necesitaba urgentemente
sacudirse de todo lo que tuviera que ver con Stroessner.
Así aparecieron figuras como Mario Paz Castaing, que simboliza en la
dirigencia del Encuentro Nacional a esos sectores, beneficiarios vergonzantes del régimen
autoritario.
O los hermanos Biedermann, de Biedermann Publicidad, que han ocupado un
lugar central en la tarea de financiar a Caballero Vargas y de establecer una verdadera
corporación de la publicidad y la empresa que regula de hecho el mercado publicitario
paraguayo, lo que es decir los límites de la libertad de expresión en el país.
Por eso es que no debe extrañar que Guillermo Caballero Vargas haya
sido la opción elegida por Andrés Rodríguez para sucederlo en la presidencia de la
República, sucesión resuelta a dedo y a espaldas del pueblo.
Más tarde se unió al Encuentro Nacional el grupo de Carlos Filizzola,
con otras motivaciones y por otras razones, que no tiene caso analizar en la presente
reflexión.
Las características especialísimas del Encuentro Nacional explican su
adhesión incondicional a la dictadura de marzo, en la que Caballero Vargas controla la
política industrial y comercial, encaminada, como todo el resto, a lograr beneficios
corporativos específicos.
Esta adhesión no tiene, ni requiere, explicaciones ideológicas, pues
el Encuentro Nacional no tiene más ideología que los intereses de Caballero Vargas, lo
que explica también los excesos, verdaderamente graves, a que han llegado los delegados
del Encuentro Nacional en el Congreso en la tarea de alentar y sostener la represión
política en que se sustenta la dictadura.