Se
está planteando en el seno del partido Liberal Radical Auténtico
(PLRA), que se autodefine como continuidad histórica del partido
Liberal paraguayo fundado el 10 de julio de 1887, un notable debate
ideológico que puede hacer mucho bien al país.
El PLRA es, con el partido Comunista paraguayo, una
organización política teóricamente surgida para proponer e
impulsar una serie de ideas muy determinadas, que son, en general,
las formuladas por los constructores del sistema institucional anglo
norteamericano.
A muy poco de su fundación, sin embargo, el partido Liberal
paraguayo se vio convertido en un trampolín al poder que aglutinaba
a los meros opositores al partido Colorado (Asociación Nacional
Republicana, fundada el 11 de setiembre de 1887, también a la luz
de las ideas también liberales de José Segundo Decoud y Bernardino
Caballero).
Las ideas liberales (rechazo del dogmatismo, laicismo
militante, sociedad abierta, respeto absoluto por el juego limpio y
economía de mercado) fueron rápidamente sacrificadas para
satisfacer a los mecenazgos políticos, a los cacicazgos militares,
al poder fáctico de la Iglesia Católica o, hacia 1936, al proyecto
autoritario de Efraín Cardozo, Justo Pastor Benítez y la embajada
norteamericana.
Durante el curso de esa penosa evolución, hubo miembros del
partido Liberal (y ahora del Liberal Radical Auténtico) que
hicieron lo posible por mantener alguna fidelidad a las ideas por
las que la organización fue fundada pero hubo otros que,
simplemente, siguieron militando porque no tenían lugar en el
coloradismo.
Nadie podría negar documentadamente que, al menos desde
1967, el partido Liberal (y luego el Liberal Radical Auténtico) ha
sido tradicionalmente dirigido por simples opositores al partido
Colorado, gente sin más programa que reemplazar a Stroessner en la
dirección del stronismo o, como se ha visto últimamente, aceptar
cualquier migaja del neo stronismo en el poder.
Las ideas liberales no tienen propulsores debidamente
organizados en el Paraguay y es un hecho evidente, desde el punto de
vista histórico, que esa es una de las principales razones por la
que los paraguayos no hemos podido establecer sólidamente
mecanismos democráticos y decentes de convivencia social y de
administración de los bienes públicos.
No hay muchas razones para suponer que el debate ideológico
en el PLRA culminará con un triunfo de quienes proponen ideas
liberales, sobre todo porque ellos mismos temen que los curas católicos
les resten votos o les excomulguen.
Pero si estas personas llegan a tener el valor suficiente
para exponer sin maquillaje las ideas liberales, lo cual también es
dudoso, el debate ideológico del PLRA habrá servido ya para hacer
ver, a una parte al menos de la sociedad, lo lejos que los
paraguayos estamos de los principios que hicieron prósperos y
libres a los países que los adoptaron, lo cual podrá llegar a ser
una pequeña semilla de cambio.
|