La voluntad de la
oligarquía
Enrique Vargas Peña
La oligarquía paraguaya tiene voluntad represiva. Alienta el
establecimiento de un ambiente de terror en el cual pueda ella expoliar al país sin temor
a escuchar cuestionamientos y peros y con la seguridad de que sus actos quedarán impunes.
Ella se ha manifestado en numerosas ocasiones de la historia nacional
pero ahora, desde que tomó el poder el pasado 28 de marzo, esa voluntad represiva está
exacerbada, soliviantada.
Días antes de la frustrada huelga del Frente Sindical contra las
privatizaciones, los gremios de la oligarquía (Unión Industrial, Asociación Rural,
Federación de la Producción) invitaron al señor González Macchi para alentarle a
"gobernar", a "endurecer la mano", a "poner orden" y para
asegurarle que si hacía eso, podría contar con el apoyo firme de esas organizaciones.
El país supo muy pronto lo que significaba toda esa gritería cuasi
histérica de los oligarcas: la protesta sindical sería duramente reprimida "por
oviedista" y algunos periodistas que sirven al régimen sufrieron en carne propia esa
"mano endurecida".
Obviamente, cualquiera que se dedique a recordar la trágica historia
de América Latina sabe lo que debe esperar cuando los oligarcas se ponen bravos.
Hay ríos de sangre, ríos verdaderos y no de los imputados por el
aparato propagandístico del régimen paraguayo, abiertos por la "mano
endurecida" de las oligarquías criollas, entre los que cabe destacar los colmados
con los miles de desaparecidos en Argentina o en Chile.
Ahora, el senador José Burró, de la bancada del jefe espiritual de la
oligarquía paraguaya, Guillermo Caballero Vargas, se despachó con un discurso mucho más
explícito que el de los gremios.
"No tenemos por qué tolerar esta oposición", "vamos a
endurecer la respuesta", "hay que matar a los oviedistas", fueron algunas
de las expresiones del legislador, ya a tono con la represión ordenada el viernes contra
militantes opositores, 32 de los cuales fueron detenidos y con la que estuvo a punto de
afectar a los simpatizantes del movimiento "Elecciones ya", ese mismo día.
La respuesta del régimen dictatorial que oprime al Paraguay desde el
28 de marzo ha sido anunciada y denunciada desde estas páginas desde el principio, como
han sido denunciados sus autores morales, entre los que siempre es conveniente recordar a
Pepa Kostianovsky, que alentó expresamente este curso de acción el pasado 2 de mayo.
Cuando la noche se haya ido, los autores del Paraguay de Marzo no
podrán alegar inocencia ni decir que no dijeron lo que han dicho. Sus crímenes están
registrados y deberán rendir cuentas de ellos ante el pueblo.
Tal vez debamos esperar veinte años, o más, pero como están
aprendiendo Pinochet y Videla, tarde o temprano el pueblo les demandará.