Ayer,
19 de junio, se cumplieron treinta días desde que las fuerzas del
gobierno paraguayo silenciaron tres radio emisoras críticas, Radio
Nanawa, Radio Ybytyruzú y Radio Asunción.
Radio Asunción sigue en silencio y Radio Nanawa fue
incorporada al aparato propagandístico oficial.
Se recordará que el 19 de mayo de 2000, tras los llamativos
sucesos de la noche anterior, que el gobierno calificó de intento
golpe de Estado, se estableció el estado de sitio, se ordenó la
captura de numerosos dirigentes opositores y se realizó un asalto
coordinado sobre los últimos restos de prensa radial independiente
que quedaban en el Paraguay.
Las mencionadas radios fueron silenciadas, sus equipos
destruidos, a pesar de prohibirlo expresamente la Constitución, lo
que se agregó al intento de silenciar programas independientes en
otras emisoras y de privar de libertad a periodistas que no están
sometidos a las ordenes del régimen.
Es
interesante observar cómo actuó el gobierno con respecto a Radio
Asunción, para poder entender fácilmente que lo que existe en
Paraguay no es una democracia, ni una transición a la democracia,
sino una dictadura pura y dura.
La Constitución paraguaya dispone, en su artículo 24, que
nadie puede ser molestado, indagado u obligado a declarar por
causa de sus creencias o de su ideología; el artículo 25
declara que se garantiza el pluralismo ideológico; el artículo
26 dice que se garantiza la libre expresión y la libertad de
prensa, así como la difusión del pensamiento y la opinión, sin
censura alguna...No habrá delitos de prensa, sino delitos comunes
cometidos por medio de la prensa (estos son, según especificó
el convencional Rafael Eladio Velásquez durante la Convención
Constituyente de 1992, a difamación, injuria y calumnias) y agrega,
el artículo 26 toda persona tiene derecho a generar, procesar o
difundir informaciones, como igualmente a la utilización de
cualquier instrumento lícito y apto para tales fines y el artículo
27, finalmente, establece que el empleo de los medios masivos de
comunicación social es de interés público; en consecuencia no se
los podrá clausurar ni suspender su funcionamiento.
La Constitución paraguaya es clara. De hecho, es una de las
más claras a este respecto en el mundo entero. Su claridad es
meridiana, incontrovertible, evidente.
Sin embargo, en el caso de Radio Asunción el gobierno ha
violado de manera flagrante cada uno de los artículos
constitucionales mencionados: ha suspendido el funcionamiento de un
medio, ha molestado a sus propietarios a raíz de sus posiciones
ideológicas, les ha imputado la comisión de delitos de prensa y
les ha impedido generar información.
Cuando un gobierno viola impunemente la carta legal que
regula su funcionamiento, extendiendo sin límite su poder y ejerciéndolo
arbitrariamente, ese gobierno, diga lo que diga el presidente de
Estados Unidos, es una dictadura.
Y si el presidente de Estados Unidos dice que es una
democracia, es porque está defendiendo a sus hijos de puta,
en la tradición de su antecesor y correligionario Franklin
Roosevelt que también decía, sin ponerse colorado, que el régimen
de los Somoza en Nicaragua era una democracia.
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