El
diario ABC Color inicia una serie de publicaciones sobre la situación
patrimonial de los señores representantes del pueblo (diputados y
senadores) que promete ser la comidilla de las próximas semanas.
Aunque
habría que incluir también a los jueces y demás magistrados
judiciales, la publicación sobre diputados y senadores, incluso si
es limitada, será de
gran utilidad.
Ella
permitirá a la opinión pública documentar por primera vez la razón
por la que los políticos paraguayos de todos los grupos y partidos
no ofrecen alternativa alguna a la sociedad para salir del
atolladero en que ellos mismos la han metido.
Y
esta razón, intuida por todos, es sencilla: los políticos
paraguayos no ofrecen alternativas a la sociedad que los sostiene
porque ellos han encontrado en la política un camino personal hacia
la riqueza.
En
el Paraguay, la actividad política no expresa los diversos puntos
de vista ideológicos o programáticos de la sociedad, sino la
diversidad de opciones para que unos pocos se enriquezcan a costa de
muchos.
Esto
conduce a formular la pregunta de fondo: son los paraguayos una
especie de seres humanos genéticamente impotentes para actuar con
un mínimo de moralidad y de ética en los asuntos públicos?
La
respuesta es obvia, salvo que se esté de acuerdo con Hitler. Los
paraguayos son iguales a los norteamericanos. Lo que hace la
diferencia entre unos y otros es el sistema político-institucional.
Mientras
en el Paraguay no se establezca un sistema político-institucional
que permita al pueblo controlar realmente a sus delegados y
representantes, habrá siempre necesidad de publicar listas como las
que ahora dará a la luz el ABC Color.
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