Wanted
Enrique Vargas Peña
La familia Argaña, dueña del Paraguay y de sus recursos, anunció
ayer, 13 de diciembre, que ofrece una recompensa de cien mil dólares americanos por la
cabeza del ex candidato presidencial colorado Lino Oviedo.
En unos días más aparecerán seguramente los cartelitos con la foto
de Lino Oviedo y el conocido epígrafe "Wanted", a lo largo y a lo ancho de la
geografía nacional.
Es de esperar que estos cien mil dólares no provengan de los cincuenta
millones de guaraníes diarios que el Poder Ejecutivo ha usado en calidad de "gastos
reservados" (ABC, 131299, p14).
Esos gastos reservados están instituidos para situaciones de
emergencia - inundaciones, terremotos, catástrofes naturales - y no para las cacerías
particulares de los jerarcas del régimen.
Lino Oviedo respondió que no le extraña, puesto que lo que aquí
impera es la ley del Oeste, y es cierto. El Paraguay de Marzo es, una vez más, el país
del mbareté*, donde imperan los que muestran mayor astucia, audacia y brutalidad, como
ocurría en el viejo Oeste norteamericano.
No es extraño, pues, que se recurra a técnicas como las que se usaban
en el Oeste, ante la carencia que existía allí de fuerzas públicas adecuadamente
preparadas.
Aunque hay una diferencia: en el Oeste en general el sheriff, aunque
estaba solo, era el bueno.
El régimen movilizó a todo su aparato de seguridad para atrapar a
Oviedo y lo único que logró es poner en evidencia su ineficiencia.
Con la recompensa que ofrece, la dictadura reconoce que sus fuerzas de
seguridad han sido superadas por los acontecimientos.
Los cien mil dólares de los Argaña ofenden al país al pretender
convertir en policías a los habitantes del Paraguay, ya que la policía pagada y el
ejército, por lo visto, no alcanzan. La dictadura pretende de ese modo alentar a los
pyragues**, a los que, desde luego, echó mano desde antes del 28 de marzo.
Semejante ofensa no debe extrañar. La oligarquía se sirvió siempre
del hambre del pueblo, causado y mantenido por ella, para imponerle conductas humillantes
y menoscabar su dignidad, para hacerlo cómplice, en síntesis, del esquema perverso que
permite que unos cuantos vivan muy bien a costa del trabajo de todo el resto, que vive muy
mal.
¿Qué harán cuando atrapen a Oviedo? ¿Acaso cambiará algo?
Cuando atrapen a Oviedo lo único que cambiará será que Oviedo
estará preso, pero la expoliación del Paraguay no cambiará. Los corruptos seguirán
robando con impunidad. El descontento no cambiará. La miseria no cambiará porque no
puede ser cambiada por aquellos que viven de generarla.
Es decir, el régimen seguirá sentado sobre un volcán.