El presidente del partido Colorado, Nicanor
Duarte Frutos, ha presentado un ultimátum al jefe del Estado, Luis
Ángel González Macchi: si en treinta días no produce los cambios
que el país requiere, le retirará el apoyo partidario.
El emplazamiento, sin embargo, tiene como objetivo
ganar un poco de tiempo más que lograr rectificaciones en el
gobierno.
González Macchi no hará cambio alguno, no tanto porque él no lo
desee, sino porque su base política se lo impide. Las fuerzas que
llegaron el gobierno el 28 de marzo de 1999 lo hicieron con el propósito
claro de manejar los recursos públicos como lo han estado haciendo.
El gobierno es prebendario porque ese es el programa del "Marzo
Paraguayo".
Este es un gobierno de los amigos, para los amigos y por los amigos.
Todo en este régimen, desde los contratos públicos hasta los
cargos en la administración, desde las prioridades del presupuesto
hasta las oportunidades de enriquecimiento, se decide en base al
amiguismo, al pago de favores, a la expectativa de ganancias.
Todo esto lo sabe bien Nicanor, porque él ha sido parte importante
del asunto, por lo que pocos podrían creer que espera realmente algún
ajuste.
El presidente del Partido Colorado quiere ganar tiempo porque los
autores más lúcidos del "Marzo Paraguayo" están
negociando, a espaldas del país y a cubierto del escrutinio público,
un nuevo esquema que les permita continuar en lo mismo una vez que
hayan desechado a González Macchi.
De eso se trata, en líneas generales, la compra y venta de
posiciones políticas que se desarrolla en la Cámara de Diputados
con miras al día siguiente a la imperativa destitución del
presidente de la República.
El enjuiciamiento y la remoción de González Macchi debieron haber
sido planteados como una cuestión moral. Había que apoyar el
juicio político del presidente porque el jefe del Estado es
moralmente intolerable y ese apoyo debía ser incondicional,
independiente de quien va o no va al gobierno.
González Macchi es malo para el Paraguay por sí mismo.
Los políticos han preferido, en cambio, condicionar sus votos a la
obtención de tal o cual espacio, lo cual confirma que la coalición
que hizo el "Marzo Paraguayo" nada ha aprendido y que le
importa más su propia suerte que la del país y sus ciudadanos.
El presidente del Partido Colorado no ha presentado ninguna objeción
moral contra González Macchi. No. Lo que le cuestionan es haber
sido pillado, lo que le critican es haber sido tan torpe, tan burdo,
tan grosero, en la expoliación del Paraguay.
Si llegan a destituir a González Macchi no será por la falta de ética
del presidente, sino por su falta de astucia.
De cualquier manera, el Paraguay ha llegado ya al punto de que
cualquier cosa es mejor que seguir con lo que hay. De modo que, aun
cuando Nicanor resuelva apoyar la remoción de González Macchi por
razones no santas, estará prestando un señalado servicio a la República.
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