Oviedo y Wasmosy
Enrique Vargas Peña
Desde la desaparición de Oviedo de la Argentina se han tejido
numerosas tesis acerca de las motivaciones del ex candidato presidencial colorado y una de
ellas es la existencia de un supuesto acuerdo entre él y el ingeniero Juan Carlos
Wasmosy, ex presidente de la República.
Aún cuando nadie puede negar que el ingeniero Wasmosy es una fuerza
fáctica que debe ser considerada a la hora de hacer cálculos políticos y aún cuando un
político realista está obligado a encontrar las vías posibles para llevar adelante
cualquier curso de acción, un pacto de Oviedo con Wasmosy podría ser considerado el
principio del fin de la preponderancia política del ex militar.
Oviedo se proyectó como fuerza política debido a que capitalizó el
descontento generado por el pésimo gobierno del ingeniero Wasmosy: miles y miles de
personas perjudicadas por el desgobierno habido entre 1993 y 1998 se sumaron a la figura
que con mayor consecuencia, desde 1996, realizó oposición a ese gobierno, que fue él,
Lino Oviedo.
Estas miles y miles de personas son las que habían convertido a Luis
María Argaña en un líder popular entre 1991 y 1997. Cuando Argaña pactó con Wasmosy,
a partir de 1996, fue perdiendo credibilidad y cayendo en la consideración pública.
Si Oviedo vuelve para pactar con Wasmosy, le sucederá lo que a
Argaña, su influencia sobre el electorado declinará gradualmente porque lo que el
electorado paraguayo busca y ha buscado desde 1993 es sacarse de encima al wasmosismo como
política, lo que busca y ha buscado es un cambio que permita al país retornar a la
decencia y al crecimiento en democracia.
Es probable que las actuales condiciones del Paraguay sean tan
difíciles que queden pocos caminos que no pasen por un acuerdo que incluya a Wasmosy,
pero el país debe saber que esos caminos del acuerdo con Wasmosy son los de la impunidad
y la consolidación de una fuerza fáctica que desequilibrará por mucho tiempo la vida
nacional.
Si Oviedo, abrumado por los acontecimientos, ha resuelto negociar con
Wasmosy, debe saber lo que le espera como político y el Paraguay desde saber la suerte
que le espera.