Uno
de los argumentos que han estado usando los publicistas al servicio
de Juan Carlos Wasmosy y Guillermo Caballero Vargas es insistir en
que el desastre que sufre el país no se debe a los hechos de marzo
de 1999 sino a Luis Ángel González Macchi.
Cualquier
persona puede probar por sí misma si esto que dicen las agencias de
publicidad es verdadero o falso haciéndose simplemente alguna de
las siguientes preguntas:
1.
¿Hubiera la Corte Suprema de Justicia abolido, en abril de
1999, el derecho del pueblo paraguayo a elegir presidente de la República
si el beneficiario de tal medida hubiera sido cualquier persona en
lugar de González Macchi?
Hay
que recordar que la coalición que realizó el marzo paraguayo
(los
empresarios
cristianos, los ganaderos, la Iglesia Católica y los gobiernos de
Estados Unidos y Brasil) no quería elecciones.
2.
¿Hubiera habido proscripción y persecución del oviedismo
si en vez de González Macchi cualquier otra persona ejercía la
presidencia?
La
destrucción del oviedismo es el programa político común entre
Wasmosy,
Caballero Vargas, Laíno, Fadul y demás cómplices de marzo. La saña
con que se persigue a muchos ciudadanos es resultado de ese
programa.
3.
¿Hubiera habido menos corrupción si Luis Ángel González
Macchi no era presidente de la República?
La
corrupción depende, en relación proporcional, del nivel de
influencia
de
los grupos que se benefician con el dinero público en el Poder
Judicial, que ahora está repartido entre Laíno, Wasmosy y
Guillermo.
4.
¿Puede haber estabilidad, previsibilidad y progreso cuando
se restringe el derecho a elegir autoridades, se proscribe a una
fuerza política y el Poder Judicial se encuentra totalmente
sometido?
Es
un hecho incontestable que los países en que los derechos están
restringidos,
en los que hay persecución y un Poder Judicial genuflexo las
condiciones del desarrollo se resienten y se desata un proceso de
empobrecimiento general.
Se pueden hacer más preguntas que ilustrarían con mayor
detalle la cuestión, pero las formuladas permiten ver que la
propaganda de las agencias publicitarias según la cual la culpa del
desastre que sufrimos desde marzo de 1999 es de González Macchi es
una falacia, una mentira, un sofisma.
González Macchi es cómplice, pero el empobrecimiento del país,
el deterioro de sus condiciones de vida, se deben al marzo
paraguayo, cuando se formalizó el sistema que, como confiesan
ellos mismos, prefieren los empresarios cristianos y sus agentes
publicitarios junto con Wasmosy, Caballero Vargas, Bill Clinton y
Fernando Henrique Cardoso.
Se deduce, pues, que el cambio que el pueblo quiere no vendrá
con el mero reemplazo de Luis Ángel González Macchi, sino con la
abolición del sistema formalizado el 28 de marzo de 1999.
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