Las voces del
fascismo
Enrique Vargas Peña
Pedro Fadul Niella, dirigente del sistema financiero, líder
destacadísimo de la Asociación de Empresarios Cristianos del Paraguay y referente del
proyecto político de la Iglesia Católica, "Paraguay Jaipotáva", fue
entrevistado por el periodista Hugo Ruiz Olazar para el diario ABC, que publicó el
material el domingo 31 de octubre.
La entrevista vuelve a exponer el carácter autoritario de la
oligarquía gobernante y su proyecto fascista. Lo expone de primera mano, pues son
confesiones de uno de sus más conspicuos miembros.
El fascismo, por supuesto, no es lo que la historiadora del régimen,
Milda Rivarola, dice que es. A pesar de sus estudios en La Sorbona, la pobre nunca logró
superar las erróneas simplificaciones del "Today Isms" del Colegio Americano.
El fascismo es la doctrina que propugna el reemplazo de la democracia
burguesa como método de elegir gobernantes y el establecimiento de un sistema corporativo
como forma de organización de la sociedad.
El fascismo detesta las elecciones, aunque por oportunismo puede, rara
vez, valerse de ellas, como hizo Hitler. El fascismo rechaza la competencia y el mercado.
Lo suyo es la cooperación solidaria, el esfuerzo mancomunado, centralmente dirigido por
coordinadoras como la Cámara de los Fascios de Mussolini.
La participación de la gente es reducida y canalizada por entidades
"no gubernamentales" tales como el "Foro Ciudadano" del paí Oliva. La
Falange española denominaba a esto "democracia orgánica".
El punto medular, pues, que confiesa Fadul Niella en la mencionada
entrevista es que consultar al pueblo con el procedimiento de la democracia burguesa
(elecciones) "no va a servir para nada...si se va a consultar otra vez, vamos a
perder un tiempo infernal".
Es el mismo discurso que los fascistas impusieron al Paraguay en 1936,
en 1940, en 1943, resumido por José Félix Estigarribia el 18 de febrero y el 10 de julio
de 1940.
La confesión de Fadul Niella forma parte de un esquema públicamente
asumido por los oligarcas paraguayos desde 1997: como el pueblo paraguayo es cretino y
retardado, no sabe elegir; como no sabe elegir, no debe elegir; como no debe elegir, las
elecciones son "una pérdida de tiempo infernal".
Es la doctrina constante y uniforme de la oligarquía. De diversos
modos lo han dicho y repetido Wasmosy, Pepito Morínigo, Pepa Kostianovsky y el resto del
aparato propagandístico del régimen que se apresta, de paso y a tono, a imponer un
Código de Etica para censurar a los periodistas independientes.
Hay un corolario de la doctrina del fascismo aplicada al Paraguay: como
el pueblo no sabe elegir, hay que anular lo que, "por desgracia", ha elegido. A
los ojos de la oligarquía esto es lo que justifica el golpe militar que hicieron contra
Raúl Cubas Grau el 28 de marzo pasado.
Fadul Niella, figura prominente de un sistema financiero que cobra las
tasas de interés más elevadas de la región, un sistema que realizó una contribución
decisiva a la quiebra económica y moral del país, se opone a consultar al pueblo y
confiesa que el régimen oligárquico de González Macchi, presidente por gracia de
miembros de una Corte Suprema de Justicia que han recibido la bendición senatorial por el
favor, le gusta más que el anterior gobierno elegido popularmente.
Se ve que la democracia y el Estado de Derecho no están incorporados
al sistema de valores de los oligarcas paraguayos.
Hay que mencionar que Fadul Niella, aunque quiere que pasemos por alto
que los gobiernos oligárquicos que él propone han sido y son la mayor fuente de
corrupción, es miembro de Transparencia Internacional. Así se disfrazan para tratar que
olvidemos que a menor participación popular, mayor corrupción.