Se
ha anunciado que la Municipalidad de Asunción pretende llevar a
remate unas cuantas propiedades cuyas contribuciones con el ente se
encuentran muy atrasadas.
El señor Martín Burt, intendente municipal, parece, pues,
completamente dispuesto a convertir la ciudad que administra en un
verdadero infierno para sus habitantes.
Pero vayamos por parte.
En primer lugar, como cuestión general, es necesario
recordar que la contribución tiene un componente moral sin el cual
no es exigible en las mismas condiciones que si se estuviera en una
situación normal.
Este componente moral está referido a la contraprestaciones
que la ciudadanía recibe por sus aportes: se contribuye a fin de
realizar las cosas que se han votado en el Presupuesto, se
contribuye, en resumidas cuentas, para obtener los buenos servicios
que justifican la vida en sociedad.
La administración del señor Burt no realiza las
contraprestaciones a que la ciudadanía tiene derecho, a pesar de
haber elevado la carga tributaria de los asunceños más que ningún
intendente de la historia reciente de la ciudad.
La ciudad está cayendo a un estado ruinoso, sin que nadie en
la Municipalidad atine a explicar a dónde va la enorme cantidad de
dinero que se exige a los asunceños.
En segundo lugar, siendo las contribuciones ciudadanas una
cuestión teóricamente consentida, a través del sistema de
representación, está en discusión la manera en que el Municipio,
o el Estado, debe combatir la evasión tributaria o la mora
tributaria.
¿Puede un propietario ser despojado por atrasarse en el pago
de sus obligaciones contributivas?
¿Existe acaso un equivalente por el que el ciudadano pueda
impulsar la prisión de un intendente corrupto o inepto cuando ese
ciudadano no recibe los servicios por los que está contribuyendo
con el Municipio?
Es muy fácil para el Municipio, o para el Estado, decir que
fulano es un evasor por no estar al día con sus contribuciones, y
castigarlo además de destruir la honra y la reputación a que tiene
derecho, mientras que para ese ciudadano no es fácil castigar al
mal administrador a pesar de que tiene mejores títulos para
hacerlo.
Burt puede despojar a los ciudadanos de sus propiedades pero
nadie puede castigar al señor Burt por su pésima administración
porque está apoyado por su partido, el PLRA, para vergüenza de
todos los liberales.
El PLRA apoya a Burt incondicionalmente, hasta el punto de
condicionar sus alianzas parlamentarias a salvar al Intendente,
imponiendo así a sus aliados el lastre que tienen en el Municipio
de Asunción.
En síntesis Burt no tiene derecho, desde un punto de vista
ético, a rematar las propiedades de los contribuyentes morosos.
Para adquirir ese derecho debía primero cumplir con los ciudadanos,
cosa que no hizo en los últimos cuatro años.
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