Duda razonable
Enrique Vargas Peña
Antes de iniciar la siguiente reflexión, deseo feliz y próspero,
sobre todo próspero, año 2000 a todos los lectores.
El anunciado retiro del partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) del
gobierno, que tantas esperanzas despierta, no debería provocar tal entusiasmo dados los
antecedentes de dicha organización política en los últimos cinco años.
Cabe, en la cuestión, un margen razonable de duda y escepticismo.
El PLRA no se retira por cuestiones de principio, como harían los
liberales de cualquier otro lugar o de algún otro tiempo en el Paraguay.
No se retira debido a las violaciones de derechos humanos que a diario
comete la dictadura que oprime al Paraguay, ni a las violaciones de la Ley Fundamental de
1992, tales como allanamientos sin orden judicial y cortes de teléfono por orden
superior, sino que se retira porque no le quieren pagar el precio de su complicidad.
Se recordará que el PLRA planteó a sus socios en la dictadura un
aumento de su poder e influencia particulares (40% de los cargos y la vicepresidencia), lo
cual fue rechazado por los otros, los grupos argañista y encuentrista del partido
Colorado que comparten con él el régimen.
De hecho, los allanamientos sin orden judicial fueron en su momento
justificados por el senador Gonzalo Quintana, como lo fueron por la administración
judicial del régimen y los periodistas que le sirven, siempre que las víctimas fueran el
general Oviedo o sus seguidores.
¿En qué modifica este retiro la naturaleza del régimen o sus
posibilidades de supervivencia?
En nada. El PLRA sostiene aún ahora la legitimidad de la dictadura y
no tiene un plan para restablecer la vigencia de la Ley Fundamental. Lo suyo parece mucho
una maniobra diversiva.
¿Cómo actuará el PLRA en lo sucesivo?
Igual que hasta ahora, solamente que en base a su candidatura a la
vicepresidencia de la República. El PLRA se disfrazará de oposición hasta las
elecciones, unas elecciones que el régimen parece no poder evitar debido a la presión
internacional, para acaparar parte del mayoritario electorado descontento que de otra
manera votaría por candidatos que pretenden reemplazar a González Macchi una vez
electos.
El PLRA ya hizo una jugada semejante en 1998, cuando aparentó apoyar
la realización de elecciones el 10 de mayo, con la intención de aprovechar la
eliminación, conocida de antemano, del candidato colorado, Lino Oviedo.
Les salió el tiro por la culata, porque el pueblo paraguayo, a pesar
de lo que cree Ilde Silvero, no es estúpido.
Ahora el PLRA vuelve a las andadas. Laíno y los ministros liberales
tal vez se queden en el gobierno, como ya lo ha adelantado el senador Guanes Gondra,
"a título personal". Una comedia se realizará en la Cámara de Diputados en
todos los temas accesorios y sin importancia que haya mientras se trabaja para dividir el
voto opositor consolidando así a la dictadura oligárquica.
Para despejar las dudas, el PLRA debería cuestionar la legitimidad del
régimen, condenar cada abuso contra los derechos humanos y cada instrumentación del
Poder Judicial que ocurran y comprometerse a reclamar la presidencia de la República tras
las elecciones.
Si no hace eso, que lo compren los pocos que todavía no lo conocen.