El
deterioro de la situación personal de cada paraguayo, excepto los
amigos del gobierno, no es un accidente y no es siquiera
consecuencia de la ineptitud del presidente Luis Ángel González
Macchi, como quieren ahora hacer creer algunos antiguos aliados
suyos.
El descenso de la calidad de vida de esos paraguayos es el
resultado del cambio del 28 de marzo de 1999, que modificó el régimen
político en Paraguay.
Este cambio produjo los siguientes hechos:
1.
Restringió el derecho de hacer oposición al gobierno.
2.
Restringió el derecho a elegir autoridades.
3.
Suspendió la separación de poderes.
Estos
hechos conducen necesariamente a una utilización ineficiente del
poder público en la que el prevaricato, el cohecho, la malversación
de fondos y el tráfico de influencias se convierten en mecanismos
ordinarios de gestión.
El poder se convierte en un instrumento cuya supervivencia
depende de manera creciente de su capacidad para concentrar la
riqueza en beneficio de sus aliados, sin consideración de la
capacidad productiva de la sociedad y para ejercer represión en
defensa de dicha concentración.
Esto quiere decir, simplemente, que las necesidades económicas
del poder (creación de cargos públicos para los amigos, evasión
de impuestos para los privilegiados, estipendios para los aliados,
etc.) se solventan sin atender la posibilidad contributiva de la
gente, recurriendo, por tanto, cada vez más al cobro abusivo de
impuestos, tarifas, tasas y demás cargas que se imponen a los
ciudadanos.
Esta clase de procesos políticos no son nuevos ni
originales. Fueron estudiados ya por John Locke, Charles de
Secondat, Lord Acton, etc., quienes analizaron suficientemente las
diversas etapas por las que pasan hasta estallar o, para desgracia
de los pueblos que los sufren que quedan condenados al atraso y a la
opresión, hasta consolidarse.
La ineptitud del presidente González Macchi es accesoria,
secundaria, prácticamente irrelevante, en el proceso de deterioro
del nivel de vida que afecta a la mayoría de los paraguayos. El
reemplazo de González Macchi no modificará el destino de la gente
si no se modifica también el sistema que el senador preside.
Es el sistema inaugurado el 28 de marzo de 1999 el que debe
ser cambiado si es que se desea una mejoría real y sostenida en
Paraguay.
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