· Algunos políticos comienzan a sospechar que las actitudes del ministro del Interior Walter Bower tienen por objeto desestabilizar al gobierno –ilegítimo y usurpador – de Gonzalez Macchi para que jure como presidente Juan Carlos Galaverna. Cada día que pasa y con cada acción de la Policía bajo el mando directo de Walter Bower el Paraguay queda más en evidencia en el mundo.

· El partido Radical Auténtico ha puesto precio a su complicidad con el argañismo. Si le pagan lo que pide, seguirá en el gobierno apañando todo lo que haga el argañismo contra el pueblo. El dirigente más proclive a seguir es Julio Cesar Franco, mientras que el que se quiere ir es Atilio Martinez Casado.

· Existe un sordo malestar en el Ejército. Los jefes y oficiales no están de acuerdo con la línea sectaria de los generales. Es un secreto a voces que los generales no saben si serán obedecidos en un caso dado, por lo que tratan de descabezar a los oficiales subalternos más capaces, porque los consideran los menos proclives a someterse.

· Se rumorea que el golpe militar está listo. Se espera simplemente un OK del entorno internacional. Habrá, dicen, una Junta Militar que llamará a elecciones de inmediato, previa amnistía general. El asunto está tan extendido – aseguran – que no importa a quien destituyan o apresen.

· El terror que sienten Walter Bower, Icho Planás y Juan Carlos Galaverna acerca de los resultados de la investigación de la muerte de Argaña está no en que ellos hayan sido los autores sino que saben que estaba muerto y lo supieron desde el principio. El secreto que hace que la familia Argaña sea todopoderosa es precisamente ese. Si Argaña murió prosaicamente de muerte natural, el gobierno de "unidad nacional" está asentado en un fraude, y los muertos de la plaza fueron muertos por francotiradores del argañismo. Si se demuestra que Argaña estaba muerto, todo se derrumba.

· Está cada vez más claro que el Gral. Torres Heyn torpedeó las acciones del gobierno de Cubas para resolver el problema de la plaza. Si las FFAA hubieran salido, no hubiera habido muertos. Torres Heyn se ocupó de que las órdenes no fueran cumplidas, y por eso hubo muertos. Y Torres Heyn respondía a Wasmosy.