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Los liberales no son el cambio
J. Grance Vázquez
El Partido Liberal Radical Auténtico parece haber definido una línea estratégica para
el proceso electoral ya en curso que podría resumirse en la intención manifiesta de
sostener al presidente Wasmosy a los efectos de dividir al Partido Colorado.
Esa línea estratégica desleal es un error que no resultará en la división de la
Asociación Nacional Republicana y que, dadas las circunstancias presentes, hundirá a los
liberales.
Los planificadores liberales parecen no haber comprendido cabalmente el proceso en el que
se encuentra el país.
Las fuerzas del gobierno, que cuentan con gran poder económico, serán contundentemente
derrotadas por el pueblo colorado en las internas del 7 de setiembre y los liberales creen
que al menos un porcentaje significativo de esos recursos económicos y de votos irán a
parar a la alianza líbero-encuentrera.
Allí radica el error nacido de la incomprensión de la situación histórica.
El pueblo paraguayo no votará ya tanto, en estas elecciones, por adhesiones
tradicionales, sino por las conductas y los discursos coherentes.
El pueblo paraguayo, sin interesar a qué partido pertenezca cada quien, siente que el
país ha sido perjudicado por el gobierno, un gobierno surgido, además, de un acto de
fuerza contra el Partido Colorado.
Ese gobierno ha sido sostenido, está siendo sostenido, contra viento y marea y a pesar de
los enormes perjuicios que está ocasionando a la condición de vida de cada paraguayo,
por los liberales y está siendo sostenido no por alguna razón patriótica o por un
interés superior, sino por un mezquino y oportunista cálculo electoral: los dirigentes
liberales creen que así dividirán al Partido Colorado.
Por un cálculo electoral, la dirigencia liberal ha postergado, ha sacrificado, el
interés nacional, consistente en poner límite, coto, sanción, a quienes desde el
gobierno han administrado mal la cosa pública.
¿Dónde está el error de los liberales?
En creer que el país no se da cuenta de su mezquindad, de su oportunismo, de su actitud
carente de grandeza, de su opción por el interés electoral.
Frente a esto, el país tiene la oferta de un discurso digno, de una actitud coherente, de
una conducta recta: los de las autoridades legítimas del Partido Colorado que no han
dudado en sacrificar la posición del partido en aras de los intereses superiores de la
población.
Y el país sabrá elegir. En realidad, el país ya eligió, lo que se observa de manera
constante y uniforme en todas las encuestas.
Los liberales se han equivocado gravemente y se hundirán con los lastres que pretenden
usar para perjudicar al Partido Colorado; se hundirán porque el país se encuentra en un
proceso histórico irreversible, salvo otro acto de fuerza como el del 27 de diciembre de
1992, porque el país sabe que, con relación al presente gobierno ellos no son el cambio,
sino la continuidad; no son la alternativa, sino la permanencia; no son el progreso, sino
la conservación.
El verdadero cambio, la verdadera alternativa, el verdadero progreso están ahora en el
Partido Colorado y el país entero siente eso y sabe eso, pues el compromiso de los
liberales con el presente gobierno, con sus políticas, con sus fracasos es tan evidente,
es tan obvio, es tan notorio, está tan confirmado por hechos y leyes, que ningún
discursito de última hora puede ocultarlo.
Es bueno que sepan que el pueblo tiene a la vista sus mezquinos designios y que les
castigará rotundamente con el abandono masivo de los muchos paraguayos a los que con su
actitud han defraudado. |
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