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Crítica a exceso de elecciones
J. Grance Vázquez
El presidente de la República Juán Carlos Wasmosy, en su discurso sobre su gestión
gubernativa dijo que el exceso de elecciones entorpece la capacidad del país para
progresar.
En apoyo de la posición del presidente Wasmosy, el diario La Nación publicó en la
página 11 de su edición del jueves 3 de julio, una nota sobre el señor Santiago Murray,
asesor de la OEA para cuestiones electorales.
Aunque Murray repitió en dos ocasiones, en la mencionada nota, que las elecciones
frecuentes son, en general, saludables y que lo realmente preocupante es el dinero mal
habido que hay en apoyo de ciertos candidatos, se prefirió mostrar un respaldo suyo a la
posición del presidente Wasmosy, pues el asesor de la OEA habría dicho que la sucesión
permanente de elecciones que soporta la ciudadanía puede desembocar en un cansancio
cívico, con lo que se corre el riesgo de cada vez se tenga menor participación
electoral.
Se usa así en auxilio de la posición del presidente Wasmosy una variante del argumento
de autoridad.
El argumento de autoridad consiste en otorgar valor a una posición intelectual
determinada en virtud del valor de quien la expone más que en virtud de la validez
intrínseca del razonamiento.
El argumento de autoridad es un recurso clásico del escolasticismo y su valor científico
es nulo. De hecho, el método científico no admite el argumento de autoridad.
Un ejemplo de argumento de autoridad es el de la discusión ocasionada por Cristóbal
Colón ante una comisión de "expertos" del Santo Oficio de la Inquisición.
Colón sostuvo que la Tierra era redonda, como sabía toda persona cuerda desde que
Eratóstenes midió la circunferencia del planeta varios siglos antes de Cristo.
Pero la comisión de "expertos" del Santo Oficio retrucó con un argumento de
autoridad: "San Agustín, doctor y padre de la Iglesia, sostiene que la Tierra es
plana".
Para la comisión de "expertos" no interesaba cómo había llegado San Agustín
a tan notable conclusión, ni si esa conclusión tenía algo que ver con la realidad, sino
que importaba más que quien la sostenía era "doctor y padre" de la Iglesia y,
por tanto, autoridad indiscutible.
Por supuesto, Colón no tenía nada que decir a su propio favor. Si San Agustín dice que
la Tierra es plana, debe ser plana.
Lo mismo le sucedió a Galileo: si los "expertos" decían, en base a un
argumento de autoridad, que el Sol se mueve alrededor de la Tierra, entonces se mueve, y
la Tierra está quieta. La verdad interesa muy poco, o nada.
Galileo pagó con la prisión perpétua su atrevimiento de cuestionar un argumento de
autoridad.
El argumento de autoridad presentado en favor de la posición del presidente Wasmosy no
tiene esa fuerza tan disuasoria que es la cárcel, pero tiene, en cambio, apariencia de
información, lo que no es poco. |
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