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Dudas crecientes

Alberto Vargas Peña (F. Libertad) 

31 de agosto de 2000

   

Cada vez hay mayores dudas que el Dr. Luis María Argaña, ex vicepresidente de la Rca. haya muerto en el supuesto atentado que se produjo en marzo de 1999 y sirvió para que pudiera concretarse el golpe de estado que derribó al gobierno constitucional del Ing. Raúl Cubas.

¿Cuáles son los hechos que hacen dudar de la veracidad de lo relatado por la Policía?

1. La declaración de la persona que detuvo el motor de la camioneta que conducía al Dr. Argaña y que fue la primera en tocar su cuerpo luego del supuesto “atentado”. Ella dijo que el Dr Argaña estaba “helado” y “rígido” y que parecía “levar horas muerto”. Como se trata de una enfermera diplomada, su testimonio es válido.

2. El video filmado minutos después del supuesto “atentado” demuestra que el Dr. Argaña no sangró.

3. El Dr. Argaña fue llevado a una Sanatorio distante, y allí se le formuló una serie de estudios que aparecen en una “historia clínica” que figura en el expediente. En ese documento figuran cuatro impactos de bala, ninguno mortal y sangre negruzca y coagulada en el corazón y pulmones. Todos los médicos consultados dicen que eso se produce entre ocho y diez horas después de la muerte.

4. No se hizo autopsia forense y el juez de la causa se negó a hacerla cuando la defensa de uno de los imputados la solicitó. La autopsia fue hecha por médicos particulares, en secreto. En ella se afirma que una bala disparada “de arriba para abajo” se desvió en la cadera y subió, sin interesar ningún órgano en el camino, y se alojó en el corazón. La bala “dobló la esquina”.

5. El juez de la causa se opuso a todas las diligencias que pudieran conducir a averiguar la hora y la causa de la muerte.

Existen, por supuesto, otros datos, como el de que ninguno de los tripulantes de la camioneta de Argaña se defendió, o la rara maniobra del chofer que expuso el flanco donde iba el mandatario pasajero a los asaltantes, o que la granada que fue arrojada bajo la camioneta y no explotó no fue examinada para buscar huellas digitales. Y, por añadidura, la aparición de los testigos falsos, admitidos por el juez de la causa.

Todas estas anomalías hacen que el juicio sea completamente nulo. Pero en el Paraguay hay una serie de personas detenidas por declaraciones de un testigo comprobadamente falso –Gumersindo Aguilar – hoy desaparecido y el juez de la causa continúa alegremente preparando su sentencia, y medio país se encuentra contra la otra mitad por causa de un extraño caso que más se parece al fusilamiento de un cadáver que a un atentado.

Pero hubo un crimen notorio esa mañana. El guardaespaldas de Argaña fue asesinado a mansalva. El sangró profusamente y a pesar de haber recibido

un balazo en la cabeza, agonizó reclamando un auxilio que nadie le prestó. Un policía, como consta en el video filmado ese día, le pedía su cédula de identidad....

¿Hubo una comedia? Es casi seguro. ¿Se sabrá alguna vez lo que ocurrió?

Por supuesto, y muy pronto. Entretanto, parece que hay una compañía de reaseguros que se niega a pagar una póliza de diez millones de dólares, porque el muerto no murió violentamente sino de muerte natural. 

          

  

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