LA INTERVENCIÓN
ESTADOUNIDENSE EN EL PARAGUAY
Alberto Vargas Peña (miembro de la Fundación Libertad)
Los Srs. Stephen Mc Farland y el Asesor del presidente Clinton para el
Cono Sur, han dado una vuelta de tuerca más en la intervención, descarada, de los
Estados Unidos en la Rca. del Paraguay.
Ambos, después de hacer consideraciones sobre la legitimidad del
usurpador Luis González Macchi, fueron a presionar al presidente del Directorio del
Partido Liberal Radical Auténtico, Dr. Julio Cesar Franco, para tratar que el partido no
vote el abandono del gobierno usurpador.
Hasta ahora la Embajada, con mayúsculas, se había limitado a
presionar y manejar a los miembros del gobierno; ahora, se dedica también, y está por
verse con qué resultados, a intervenir en los asuntos internos de los partidos
políticos.
Me pregunto que pasaría si el Secretario de nuestra embajada en
Washington fuera a la Convención demócrata y exigiera que se lo elija a John Smith en
lugar de Albert Gore, para candidato a la presidencia de los Estados Unidos, y dictara
cátedra sobre la legitimidad o la moral del Sr. Clinton.
El pobre secretario de embajada, antes de terminar de hablar, se
encontraría en un avión de retorno a casa, sin tiempo para despedirse de sus amigos, o,
en su defecto, llevado por cuatro enfermeros a un sanatorio para locos furiosos.
Pero en la pobre Rca. del Paraguay no ocurre eso, al contrario. El
gobierno aplaude la intervención y todos los demás se aplastan contra el piso, temblando
de miedo; el imperio ha hablado y hay que acatar lo que dice.
Muy lejos ha quedado la doctrina de la no intervención en los asuntos
internos y la libre determinación de los pueblos; yo soy partidario de la intervención,
hasta armada, cuando un pueblo es sojuzgado por una dictadura, pero no puedo admitirla
cuando sirve para evitar que el pueblo vote y resuelva por sí mismo su destino.
Porque lo que está haciendo Mc Farland en el Paraguay es tratar de
impedir por todos los medios que los paraguayos elijamos a nuestro gobernante legítimo.
Yo tengo mi opinión acerca de Mc Farland. Creo que cumple órdenes de
Clinton quien a su vez procede así para cumplir con Mark Jimenez, el hombre que maneja
todos los negocios turbios en la América Latina; turbios pero que dan buenos dividendos
al Partido Demócrata en los Estados Unidos.
¿Cuánto dicen que le dio Mark Jiménez a Clinton por un desayuno con
Carlos Mersán y los proveedores chinos de armas? ¿Cincuenta mil dólares?
En realidad, solamente para hacer lobby Mark Jiménez le dió a Clinton
más de un millón y medio de dólares. Tengo el más pleno derecho de pensar que Clinton
quiere que González Macchi continúe para seguir con el esquema enhebrado por Mark
Jiménez y Wasmosy.
¿Acaso se puede explicar de otra manera la contumacia de Mc Farland,
un completo ignorante de la constitucionalidad paraguaya, y su arrogancia al pretender
legitimar, con una patente extendida por el gobierno de Clinton, a Luis González Macchi?
Acepto controversias: ¿Puede alguien ensayar una teoría mejor? Si el Paraguay no existe
para los Estados Unidos ¿Por qué y para qué la intervención? ¿O alguien puede creer
que se trata simplemente de una humorada de Mc Farland, enloquecido por haber accedido al
cargo de Virrey?
Yo creo que los que no creen en la conexión Manila, en la influencia
de Mark Jiménez y Wasmosy, van a tener que sudar mucho para explicar con lógica lo que
está pasando aquí.