Alberto Vargas Peña(miembro de la Fundación Libertad)

Se dice que la "teoría de los juegos" desarrollada por primera vez en los años 20 por el matemático John von Neumann y extendida por él mismo y por el economista Georg Morgenstern tiene sus limitaciones para desarrollar políticas exteriores. "Si es excesivamente formal – se afirma – y siempre toma en cuenta las opciones racionales, puede resultar muy artificial". Aplicar la "teoría de los juegos" al gobierno o los gobiernos paraguayos puede resultar incluso sorprendente.

Al MERCOSUR no le inquietó en lo más mínimo que el Paraguay haya sido el vencido de 1870 o que la opinión pública mundial se mostraría adversa

Si no se admitía al más pequeño de sus posible asociados. Brasil y Argentina, los padres del MERCOSUR, lo vieron como "estado tapón" mientras que el gobierno paraguayo entendió que se trataba de un blanqueo oficial después de un largo ostracismo debido a la dictadura de Stroessner.

Para el Brasil y la Argentina el Paraguay es un campo para competir sin conflictos y para el Paraguay el MERCOSUR fue la inserción en un club hasta entonces vedado por sus credenciales autoritarias.

Para ganar espacios en el MERCOSUR el Paraguay debió hacerse competitivo. Mi teoría es que el mismo esfuerzo para hacerse competitivo en el MERCOSUR valía para hacerse competitivo a nivel mundial, en ciertos sectores, por supuesto.

No sé por qué se me antojaba que podíamos ser como cualquiera de los Tigres de Asia, que no encontraron su desarrollo económico en uniones aduaneras o mercados comunes regionales.

¿Cuáles eran las opciones paraguayas? Seguir en ALADI; adherirse al incipiente NAFTA; volar solo; convertirse en un centro de comercio mundial creando un inmenso puerto franco; seguir como siempre; encerrarse como en la época de Rodriguez França. ¿Alguien evaluó las opciones? No creo. Se eligió entrar al MERCOSUR sin evaluar nada, considerando que resolver el problema político era prioritario y excluyente.

Dudo mucho que el Gral. Andrés Rodriguez o su equipo de asesores de entonces hayan tenido conocimiento, siquiera superficial de la "teoría de los juegos".

Pero hay otra cosa que no se tuvo en cuenta al elegir la opción MERCOSUR. La lenidad paraguaya, que haría que se dejaran caer todos los plazos sin hacer nada, para luego pedir prórrogas imposibles. Mi teoría entonces también se hubiera venido abajo, puesto que si no hacíamos el esfuerzo para ser competitivos, no podríamos comerciar con nadie, ni en el MERCOSUR ni en el mundo.

La verdad es que ahora estamos metidos en el MERCOSUR hasta el cuello y las listas de exclusión vencen a medianoche del 31 de diciembre de 1999.

A partir del 1ro de enero del 2.000 no nos aplastará la falla del milenio, sino el arancel cero, que hemos dejado llegar sin preparación de ninguna clase.

Y no es que no hayamos tenido tiempo. Como siempre, no tuvimos ganas.