Las
declaraciones de la Sta. Sisley Erika Pintos, que fue la primera
persona en llegar hasta el cadáver del Dr. Argaña en la camioneta
que lo conducía, inmediatamente después del atentado, son claras.
Dice
que vio al Dr. Argaña reclinado sobre el lado derecho y presentando
una palidez extrema; dice también que lo tocó y lo notó helado,
como si llevara varias horas de muerto.
En
la historia clínica firmada por los Drs. Ramiro García Varessini,
Gustavo Benítez, Fracchi y Carlos Ayala no se consigna la
temperatura del cuerpo del Dr. Argaña en el momento en que ingresó
al Sanatorio Americano.
Lo
más llamativo de la historia clínica son los cuatro impactos de
bala que presenta el cadáver: Dos en el brazo, uno en el antebrazo
y otro en la cadera. Ninguno de ellos mortal. En el corazón y
pulmones se encuentra en cada órgano medio litro de sangre
coagulada y negruzca, que aparece después de por lo menos ocho
horas de la muerte.
La
autopsia firmada por el Dr. José Bellasai no consigna qué había
en el estómago, no hay examen del hígado ni del cerebro. Tampoco
hay un examen
del comportamiento
de la dermis y la epidermis del cadáver en los impactos.
Hay
sí una trayectoria milagrosa, que hace ir una bala de revolver
calibre.38 bala redonda, de plomo que fue disparada de
arriba para abajo, desde la cadera donde se nota el orificio de
entrada, hasta el corazón, siguiendo una trayectoria que varía
unos 120ª de la trayectoria inicial.
Dice
el Prof. Dr. Hernán Silva Silva, catedrático chileno que escribe
sobre medicina legal en su libro Medicina Legal y Psiquiatría
Forense : Tenemos el anillo o cinta de contusión, que es el
hundimiento de la piel al pasar el proyectil hacia el interior. Es
una faja estrecha alrededor del orificio, erosiva y contusa. Según
Vargas, se forma por la mayor retractibilidad de la epidermis con
relación a la dermis. Se dice que este signo es constante , que da
cuenta de la existencia de un disparo y solo se comprueba en los
disparos realizados cuando la persona esta viva Medicina
Legal y Psiquiatría Forense- Harnan Silva Silva, Tomo I pag 238-.
Bellasai
en su autopsia no establece si existió o no el anillo o cinta
de contusión. Al no examinar el contenido del estómago no se puede
saber la hora exacta en que murió el Dr. Argaña; al no haber
examen del hígado no se puede saber si murió de muerte súbita
natural o agonizó y al no existir examen del cerebro no se puede
cotejar con el contenido del estómago por el contenido de oxigeno.
No
hay examen de la penetración de la bala supuestamente mortal, ni
descripción de si llevó o no trozos de ropa, ni la existencia de
fogonazo para saber la distancia del arma del punto de impacto
o tatuaje alrededor del impacto.
Bellasai
en su autopsia da por sentadas demasiado cosas que están
siendo discutidas hasta ahora, por ejemplo el saber, a ciencia
cierta, si el Dr. Argaña estaba vivo o muerto en el momento de los
disparos.
Una
nueva autopsia, o necropsia, o como quiera que se llame el examen
minucioso de un cadáver, puede devalar muchos misterios y decir, de
una vez para siempre, si el Dr. Argaña murió de muerte natural o a
causa de disparos que le dieron en el brazo y la cadera.
Lamentablemente el Fiscal Marcos Alcaraz rechaza la posibilidad que
los paraguayos sepan, ya sin duda alguna, que pasó el 23 de marzo
de 1999.
Si uno suma todos los elementos; los testigos falsos, el asesinato
alevoso de Coco Villar, la comedia de las confesiones que no
son corroboradas por testigos milagrosamente vivos, y los
procedimientos del Juez de la causa que se niega a examinar lo
propuesto por la defensa, uno tiende a pensar que el gato encerrado
consiste en que en realidad Luis María Argaña estaba ya bien
muerto cuando alguien lo fusiló para hacer creer en un atentado y
derribar al gobierno constitucional.
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