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Inversiones españolas y tutelaje

Alberto Vargas Peña (Fundación Libertad)

26 de junio de 2000

    

Uno se pregunta qué interés puede tener la vieja España en ejercer presiones sobre los paraguayos para mantener un gobierno impopular y antidemocrático. Después de escuchar los discursos magníficos de los políticos españoles uno podría hasta creer que de la vieja e inquisitorial España llegan nuevos aires, inspirados en Jefferson.

Uno podría creer eso hasta que se mete de cabeza en los informes financieros y analiza la conducta de los Embajadores de España; sobre todo en Paraguay.

Hace un tiempo que España invierte en América Latina, en dos campos preferentemente: Petróleo y telefonía. Las inversiones en Argentina, país clave del MERCOSUR  se tradujeron en dos oligopolios con tentáculos diseminados por toda América Latina: REPSOL-YPF y Telefónica.

Y ahora los españoles se han lanzado a la conquista del Paraguay. Para eso necesitan, claro está, un gobierno dócil, y ese es el gobierno  ilegítimo y usurpador del senador Luis González Macchi. Un gobierno legítimo y respaldado por el pueblo probablemente examinaría más a fondo las acciones españolas.

REPSOL- YPF ya ha tendido sus redes para absorber PETROPAR con  monopolio y todo. Sin monopolio el bocado no es interesante. Cuenta para conseguir esa absorción con el actual Ministro de Industria y Comercio, Dr. Euclides Acevedo, ex embajador del Paraguay en Madrid y ex lobbista de la venta de  siete lanchas patruleras ferozmente sobrefacturadas.

Acevedo pertenece a un partido minúsculo, sin arraigo popular, que se encuentra en el gobierno después de la tragicomedia de marzo de 1999.

Lo mismo está ocurriendo con ANTELCO , la empresa monopolizadora de la telefonía fija en Paraguay, que aparentemente será vendida a  Telefónica,

la empresa española que está a punto de perder su monopolio en Argentina. Si la dejan, España será la dueña del combustible paraguayo y de sus comunicaciones. Un negocio redondo.

Dentro de este esquema de cosas es razonable que el embajador español Ignacio García Valdecasas haga todo lo posible por proteger al actual gobierno del Paraguay y que informe a la UE de las bondades de la “democracia” paraguaya. Educado, discreto, silencioso, no habla sino cuando necesita hablar.

A diferencia de Stephen Mc Farland, que se pone en evidencia constantemente, García Valdecasas trabaja en la sombra y con mucho mayor eficiencia.

Yo soy un privatista outrance. No me asustan las inversiones extranjeras. Pero soy un liberal también a ultranza y aborrezco los monopolios. No quiero que me exploten ni paraguayos ni españoles ni estadounidenses ni nadie. Si quieren comprar, que compren y compitan.

Me desagrada también que me hablen de transparencia cuando juegan sucio.

Esto de sacar y poner gobiernos para hacer negocios es, sin duda, jugar sucio. No es la primera vez que los españoles nos hacen esta faena, como dicen ellos. Ya los tuvimos como amos trescientos y pico de años, como para no conocerlos bien.

Bienvenida sea, por mí, la inversión extranjera, venga de donde se le ocurra venir, pero no a caballo de gobiernos impuestos y tutelados. 

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