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La interna liberal

Alberto Vargas Peña (F. Libertad) 

25 de octubre de 2000

  

Miguel Abdón Saguier se encontraba en una especie de gris ostracismo político, en parte a causa de su propia inacción y en parte a causa de su participación en el gobierno de coalición que derribó al gobierno constitucional del Ing. Raúl Cubas. Desde hace unos días parece haber recuperado, no solamente su vitalidad, sino gran parte de su antiguo liderazgo.

¿A qué se debe el fenómeno? Simplemente a que se ha puesto a la cabeza de los liberales que reclaman para el Dr. Julio Cesar Franco la presidencia de la República y rechazan todo entendimiento con el oficialismo wasmoargañista.

Los liberales no quieren concertar con los vencidos de agosto ni  quieren que su elegido, el Dr. Franco, se convierta en el segundo de abordo bajo el liderazgo de Luis Ángel González Macchi. Todos los liberales que han salido a apoyar una presunta alianza “responsable e inteligente” con Luis González Macchi han sido violentamente reprobados por el electorado y algunos tratados incluso de “traidores”.

Tanto Carlos Mateo Balmelli como Armando Espínola, dos de los más notorios defensores de una alianza con González Macchi, en plano segundón, han tenido que atenuar sus opiniones y disfrazarlas apresuradamente. Francisco Rivas, vicepresidente en ejercicio de la presidencia del PLRA casi fue linchado por los miembros de los Comités de la Capital y se le ha exigido ya su renuncia inmediata.

Los partidarios del Dr. Domingo Laíno, el artífice del “pacto de gobernabilidad” con el Ing. Wasmosy, que posibilitó la instrumentación  de

la Justicia y la debacle bancaria paraguaya, al par que los robos escandalosos a que está siendo todavía sometido el país, siguen en sus trece, pero de manera subrepticia. Aunque Laíno todavía defiende una “concertación” entre quienes gobiernan, sus seguidores se muestran mucho más prudentes. En el PLRA el apoyar al gobierno de González Macchi es sinónimo de traición.

El lunes hubo una reunión muy interesante en el Comité Político del  PLRA donde se debatió la necesidad de exigir a González Macchi la renuncia inmediata. A pesar de haber una mayoría notoria a favor de la exigencia, Carlos Mateo y Armando Espínola lograron todavía detener la resolución, haciendo creer que las embajadas tutelares- de Estados Unidos, Brasil, Argentina y la Unión Europea – no están de acuerdo con el cambio de González Macchi, al menos por ahora.

Mediante esa argucia se encontró una fórmula menos drástica, pero no menos clara: “El gobierno está aplazado”. Si bien la fórmula no es la que deseaban los duros , está bastante clara. El gobierno no da para más.

Carlos Mateo Balmelli y Armando Espínola no han explicado de manera convincente su posición, contraria a lo que quieren los liberales en  una mayoría muy vasta y muy clara. Pero ambos son los dos más cercanos colaboradores de Julio Cesar Franco, que no se cansa de repetir que “no considera útil pedir la renuncia de González Macchi”.

Muchos creen que se trata de una pose de Julio Cesar Franco, quien aparentemente querría ser empujado por los acontecimientos y no liderarlos. Pero los liberales están muy impacientes y no parecen dispuestos a tolerarle mayores dilaciones. La situación en el país es tan grave que la postura de Franco – aunque fuera parte de una estrategia – no es muy patriótica.

          Todo el mundo, en el PLRA, piensa que la situación irá aclarándose en las próximas horas y que la postura de la mayoría será respetada. 

 

     

 

    

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