El
Fiscal Marcos Alcaraz se ha opuesto a la exhumación del cuerpo del
Dr. Luis María Argaña solicitada por la defensa del Mayor
Servín, aduciendo que no fueron rebatidos los argumentos
científicos de la autopsia realizada por el Dr. José Bellasai y
que no bastaban las dudas expresadas por el diario ABC Color sobre
la validez de la misma.
Para
cualquiera que entienda el mecanismo de la Justicia paraguaya lo que
dijo el Fiscal es que para la verdad legal que ellos están
buscando, no interesa para nada la verdad real.
El
Dr. José Bellasai no hizo una autopsia para descubrir la verdad,
sino para confirmar una tesis expresada de antemano. No revisó el
estómago, no revisó el hígado y no revisó el cerebro. Estableció
como causa de la muerte una bala mágica, capaz de dar vuelta
a la esquina, ya que un disparo, disparado de arriba para abajo, a
través de un vidrio de camioneta Nissan, que dio en la cadera de un
cuerpo sentado, fue a parar al corazón, sin interesar en su
trayectoria ningún otro órgano.
Esa
autopsia es la que dice el Fiscal que no ha sido desvirtuada por el
análisis del Dr.
Flores, quien encuentra incongruente el hallazgo de sangre negruzca
y coagulada en el corazón y los pulmones con la teoría del
asesinato, porque ordinariamente eso demuestra que la muerte se
produjo unas ocho horas antes de la punción,
es decir que a las 09:30 de la mañana el Dr. Argaña
llevaba, como mínimo, ocho horas de muerto.
La
defensa del Mayor Servín, implicado en el supuesto atentado por un
confeso, solicitó la necropsia del cuerpo del Dr. Argaña para
establecer las verdaderas causas de la muerte, ya que hay firmes
indicios de que ella se produjo en forma natural y que el
atentado fue preparado por quienes estaban en marcha dando un
golpe de estado contra el gobierno constitucional, en marzo de 1999.
La defensa trata, como es su deber y su derecho, establecer la
verdad real de lo sucedido.
¿Por
qué se opone el Fiscal, si la búsqueda de la verdad real es básica
en el Derecho Penal? El Fiscal debería ser el primero en solicitar
que se haga lugar a la
solicitud de la defensa, porque el caso Argaña tiene muchos
misterios que hay que resolver para poder responsabilizar a unos u
otros. La autopsia realizada por el Dr. José Bellasai es risible y
no responde a una cantidad de interrogantes básicas.
Por
ejemplo, las balas que dieron en Argaña, ¿golpearon un cuerpo vivo
o un cuerpo muerto? El estado de la tecnología actual forense
permite responder sin el menor género de dudas esta importantísima
cuestión. Si las balas dieron en un cuerpo vivo, hubo atentado; si
dieron en un cuerpo muerto, hubo asesinato del guardaespaldas, con
alevosía y ventaja, dentro de una comedia montada.
El
análisis del caso Argaña no debe ser hecho a partir de la hora en
que
supuestamente se
atentó contra él. Debe comenzar con su verdadera historia clínica,
sus viajes a la Argentina para tratar una enfermedad mental; su
viaje a Lyon, Francia, en 1998, y sus actividades, en detalle, a
partir de las 18:00hs del día 22 de marzo de 1999, y, sobre todo,
con una necropsia realizada por patólogos expertos e insobornables.
El dictamen del Fiscal sobre el pedido de la defensa demuestra que
la Fiscalía que actúa como abogada de la querella de la
familia Argaña no tiene la menor intención de conocer la
verdad, o mejor, que tiene la intención de ocultar la verdad. Eso
hace suponer, con mayor vehemencia que antes, que el Dr. Argaña
estaba muerto, desde hacía por lo menos ocho horas, cuando fue
enviado a protagonizar el supuesto atentado que derribó al gobierno
constitucional.
|