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El análisis del comportamiento de la economía paraguaya durante los diez
años de vigencia o mejor de existencia del MERCOSUR indica que se ha
retrocedido sin duda alguna. Por ejemplo, el crecimiento del PIB paraguayo
en 1990 era del 4.37% y hoy se sitúa en -3.0. Si se compara con lo que se
debió crecer para optar al desarrollo y no se creció, los resultados son
aterradores. El Paraguay debió crecer en la década de los 90 en por lo
menos un 7% anual sostenido y acumulativo, y no solamente no se
alcanzaron esos índices sino que desde 1.996, coincidentemente con la
vigencia plena del MERCOSUR comenzó un retroceso de casi 3% anual.
La economía paraguaya en su conjunto, según el indicador ordinariamente
más utilizado, se achicó de manera sistemática desde 1.995. ¿Casualidad o
causalidad?
La participación de la industria en el PIB era en 1970 de un 17% y estaba
creciendo. Hoy se sitúa en un 14% y descendiendo. ¿Casualidad o
causalidad?
El desempleo paraguayo reconocido se situaba en 1.990 en un 7%. Hoy se
coloca en un 15%. ¿Casualidad o causalidad? Debo aclarar que el
desempleo real supera el 40%, porque en las cifras oficiales se considera
empleado a todo aquel que trabaja de alguna manera, aún en la más plena
marginalidad.
Una de las consecuencias más notorias del MERCOSUR fue el
desmantelamiento del comercio de Ciudad del Este, cuyo movimiento
alcanzaba en 1.990 una cifra superior a los 17.000 millones de dólares. Hoy
el comercio de Ciudad del Este se ha mudado a Foz de Iguazú. ¿Casualidad
o causalidad?
La Balanza Comercial tiene un déficit persistente, situación que se ha
agravado en los dos últimos años, el 1.999 y el 2.000, lapso en que ha
superado, anualmente, los 1.200 millones de dólares. ¿Casualidad o
causalidad?
Si bien es cierto que la situación interna paraguaya es responsable en buena
medida de los problemas que sufre la economía, no es menos cierto que la
presencia paraguaya en el MERCOSUR, con el manejo desprolijo de las
negociaciones y la conducta de los dos asociados mayores, que han
incumplido reiteradamente las disposiciones del Tratado de Asunción, han
agravado substancialmente la situación.
Las negociaciones negligentes del gobierno paraguayo condujeron a que el
Tratado de Asunción fuera completamente desvirtuado, y dieron pié para que
el Brasil y la Argentina hicieran cuanto se les vino en gana mediante medidas
de dumping monetario y barreras aduaneras para arancelarias. Por otro lado
el gobierno paraguayo, enfrascado en todo tipo de maquinaciones políticas y
financieras, dejó que el comercio de Ciudad del Este, que nunca fué ni más
sucio ni más limpio que el comercio de cualquier ciudad brasileña, se
hundiera a pesar de su éxito.
Los negociadores paraguayos jamás plantearon, antes de ahora, la
necesidad de tener organizaciones supra nacionales para resolver las
controversias, ni políticas destinadas a acortar las diferencias entre los
países mayores y los de menor desarrollo.
El fracaso del MERCOSUR en el Paraguay puede atribuirse pues a varias
causas, pero es un fracaso evidente, que ahonda los problemas paraguayos.
Dentro de este esquema, y para buscar una apertura total al mundo, el
Paraguay debería retirarse del MERCOSUR o cuando menos exigir que de
inmediato y sin reticencias ni salvaguardias de ninguna clase, se adopten
medidas conducentes para revertir la situación actual.
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