Viajó
al Canadá, para asistir a la llamada "Cumbre de las Américas"
el senador Luis Ángel González Macchi, que usurpa la presidencia
del Paraguay. La usurpación del poder no es algo que llame
demasiado la atención, sobre todo en Latinoamérica, que tiene una
larga historia que contar sobre el tema, pero González Macchi está
acusado, además, de ladrón de automóviles.
Fue
encontrado en su poder un automóvil BMW blindado, robado en el
Brasil el 4 de diciembre de 1999, cuyos títulos
"paraguayos" no son falsificados, puesto que han sido
extendidos por las oficinas y los funcionarios destinados para el
efecto.
El
automóvil estaba en poder de González Macchi desde marzo de 1999.
El
caso del BMW no es único, con relación al usurpador. Su señora,
Susana Galli, tenía en su poder - ha desaparecido misteriosamente
pero no tanto para que no se sepa que fue quemado y enterrado en el
Chaco paraguayo - un Mercedes Benz negro, robado en Buenos Aires.
Los
latrocinios atribuidos al usurpador no se detienen allí. Se dice en
Asunción que en el golpe dado por el Dr. Julio González Ugarte,
Director del Banco Central del Paraguay, denunciado por el diario
ABC Color con una documentación que espanta, la participación
mayor es de González Macchi.
Se
trata de un golpe financiero de doscientos millones de dólares, que
sería motorizado a través de una Fundación privada , la que habría
utilizado dieciseis millones de dólares de los Bancos Unión y
Oriental, para comprar garantías falsas para estafar a los
prestamistas.
Esas son "zonceras" - como las califica González
Macchi -, travesuras sin importancia. Pero González Macchi preside
un gobierno que tortura y persigue opositores, que funciona en forma
irregular, que ha prostituído la Justicia y que ha intentado
silenciar a la prensa de manera sistemática mediante el brazo
judicial coptado. Es el hombre que ha hecho retornar al stronismo,
la dictadura que fue depuesta en febrero de 1989 y que fue, en su
momento, objeto del desprecio del mundo.
González
Macchi se sentará con los presidentes "democráticos" de
América, gente cuyo mandato proviene del pueblo. Lo hará con sus
credenciales hediondas y a nadie molestará el mal olor. Lo festejarán
como uno de los suyos y le brindarán el trato de igual.
González
Macchi, hay que decirlo, llegó al poder por obra y gracia del
gobierno de los Estados Unidos, entonces presidido por Clinton y el
gobierno de los Estados Unidos, actualmente, no le ha negado todavía
las credenciales que le dio su antecesor.
Y
si Estados Unidos da credenciales democráticas, hasta Anastasio
Somoza y Leonidas Trujillo pasaron por serlo, sin olvidar que de los
treinta y cuatro años de dictadura de Alfredo Stroessner los
gobiernos de Estados Unidos bendijeron por lo menos treinta.
En
la "Cumbre de las Américas" González Macchi estará
sentado con otros mandatarios. Será el único no elegido por el
pueblo y será el único que tiene credenciales suficientes para ser
considerado hasta como ladrón de automóviles. Pero eso no afectará
a la comedia americana, que seguirá hablando de democracia, como
cuando Franklin D. Roosevelt, el gran demócrata americano decía
que Somoza era un "son of a bitch, but our son of a
bitch".
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