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La caótica situación paraguaya

Alberto Vargas Peña (F. Libertad) 

21 de febrero de 2001

En Asunción se espera la caída del gobierno de un momento a otro. La situación económica ha llegado a un punto en que ya no da para más, y ya existe el convencimiento que el gobierno usurpador carece de toda posibilidad de resolver cualquiera de los problemas que aquejan al país.

La semana pasada, el Dr. Luis Ángel González Macchi, que figura como presidente de la República, anunció en reunió de su círculo de apoyo, sus intenciones de renunciar, y de enviar un representante a pactar con el Gral. Lino Cesar Oviedo, todavía detenido en Brasilia, una especie de impunidad futura.

El Escribano Walter Bower, el hombre fuerte del régimen y el que aparece más comprometido con una serie de hechos delictivos, entre ellos el denominado "mega asalto", se opuso terminantemente, amenazando con "incendiar el país".

         En la misma semana emisarios de Juan Carlos Wasmosy - el Gral. retirado Rejis Romero- fue a Buenos Aires a consultar con militares y políticos argentinos el grado de aceptación que tendría un golpe cuyas consecuencias fueran la renuncia de Luis Ángel González Macchi y Julio Cesar Franco, y la asunción a la presidencia del Dr. Raúl Sapena Brugada, actual presidente de la Corte Suprema de Justicia.

En sus entrevistas dijo que todos en el Paraguay estaban de acuerdo con el golpe, incluidos el PLRA y el Gral. Lino César Oviedo. Los argentinos consultaron con el Dr. Miguel Abdón Saguier, presidente del PLRA quien les aseguró que su partido saldría a las calles a defender la legitimidad constitucional y que en caso de renuncia del Dr. González Macchi la presidencia corresponde, indefectiblemente, al vicepresidente elegido, el Dr. Julio César Franco.

Consultado Oviedo, éste respondió categóricamente que no acepta la ruptura del orden constitucional.

Los argentinos consultaron con los brasileños acerca del caso paraguayo, y el embajador argentino, el Dr. Berro Madero, se encargó de hacer saber, públicamente "que los paraguayos debían elegir sus autoridades". El mensaje fue captado por los militares wasmosistas y el golpe fue abortado.

Entretanto, se conoce ya que la Corte Suprema del Brasil no concederá la extradición de Oviedo y que será sobreseído; la Justicia paraguaya no pudo presentar una sola evidencia de su participación en nada de lo que se le imputa. Con Oviedo en libertad, el panorama político paraguayo cambia radicalmente.

El Dr. Domingo Laíno, jefe de una facción - muy minoritaria- del PLRA, se encuentra haciendo campaña a favor de Luis Ángel González Macchi y su esposa, Rafaela Guanes de Laíno, ha sido nombrada presidenta de una comisión muy técnica para la que no está preparada.

En círculos políticos paraguayos se interpreta el nombramiento como una forma de hacer saber a los convencionales radicales que deben reunirse el 25 de marzo para tratar la renuncia de González Macchi, que Laíno puede otorgar puestos y prebendas. La finalidad de Laíno es impedir que Franco llegue al gobierno.

Entre tanto el oficialismo de la ANR se encuentra tratando de impedir las elecciones internas que deben consagrar candidatos para las elecciones municipales, de forma de postergar estas últimas. Conscientes de que pierden de todas maneras, tratarán de impedir las consultas populares.

Este es el marco del caos paraguayo. Se habla incluso de conspiración de intelectuales de izquierda, que estarían conversando con cierto sector militar, para poner fin al gobierno y al propio sistema.

El pueblo se encuentra postrado, pero las organizaciones "sociales" están soliviantadas y cada día que pasa se anuncia un paro, una huelga, una cacerolada y hasta misas rogativas. El ambiente es de irritación, descontento y hartazgo.

En estas condiciones, parece que el gobierno de la usurpación, nacido en marzo de 1999, está tocando a su fin.

 

 

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